Hoy venia pensando en las cosas que tiene el fútbol. Cuando menos te lo esperas, no deja de sorprenderte. Porque lo de ayer pintaba mal para el Valencia y muy bien para el Levante. Después de las declaraciones del entrenador, de un verano sin fichajes y dejando escapar a tus estrellas y con el Levante adelantándose en el minuto uno, muy pocos hubieran apostado por una victoria valencianista. Pero se dió. las ganas de los jóvenes y la calidad de ciertos futbolistas se impuso a la endeble defensa de los de Paco López. Manu Vallejo se convirtió en héroe improvisado de una noche fantástica para los de Mestalla. triunfo y líderes en la primera jornada. El pesimismo inicial se transformaba en euforia a través de las redes sociales. Calma. Ni antes éramos tan malos ni ahora somos tan buenos. El entrenador avisaba al acabar el encuentro. Que se ganara no significa que no haya que reforzar el equipo. Las carencias, se vieron anoche, siguen siendo las mismas. No hay quien dirija en el centro del campo y en la parte de atrás sigue faltando un central con jerarquía. Que el árbol no nos impida ver el bosque. En cualquier caso que le quiten lo “bailao” a los valencianistas. Necesitaban algo como lo de ayer para ver renacer su ilusión. Con un verano muy convulso y con una afición de uñas contra la propiedad hacía falta esa victoria. Luego está lo del Levante. Nunca lo tendrá más fácil para haber ganado por primera vez en su historia en Mestalla. Facilidades todas las del mundo. Tantas como las que dieron los granotas en defensa. Y es que el fútbol, eso es lo bonito, no deja nunca de sorprendernos…