José Vilaseca recuerda la expedición sanitaria del virólogo alicantino Francisco Javier Balmis.

José Vilaseca: "Su nombre lo emplea actualmente la Unidad Militar de Energencias para señalar su misión".

Sus estudios sobre la vacuna de la viruela, y su insistencia en procurar un remedio para los indianos (unido al hecho de que el propio Carlos IV, su mayor valedor, vio cómo su propia hija, la infanta María Teresa,era víctima de la enfermedad con tan solo tres años), le permitieron realizar una gran expedición que partióde La Coruña en noviembre de 1803, a bordo de la nao María Pita; no habiendo otro medio para mantener vivos los virus, se inoculó el mismo en veintidós niños huérfanos que acompañaron a los doctores durante toda la travesía, y cuyas vidas han inspirado acertados ensayos y documentales. El viaje, considerado la primera expedición sanitaria de la historia, duró nada menos que cuatro años, y recorrió México,Cuba y Venezuela, trasladándose posteriormente a Filipinas, atravesando China de Macao a Cantón y llegando a África a travésde la isla de Santa Elena, introduciendo en el continente negro la preciada vacuna, tras una dura negociación con las autoridades británicas.