El pleno de Les Corts Valencianes aprobaba ayer jueves la propuesta del gobierno valenciano para iniciar la tramitación de la ley que creará el impuesto valenciano sobre estancias turísticas, más conocido como Tasa Turística. La iniciativa contó con los apoyos de los tres grupos del Botànic (PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem) y el voto en contra de la oposición (PP, Ciudadanos y Vox). Según se conocía ayer, el importe de la tasa oscilará entre los 0'5 y los 2 euros diarios dependiendo del tipo de establecimiento, y, como ya se acordó, los ayuntamientos podrán aplicarlo de forma voluntaria o bien no hacerlo. La aplicación de la tasa no será inmediata sino que entrará en vigor un año después de que sea aprobada definitivamente.
El inicio de esta tramitación no ha gustado al sector Hotelero que se ha manifestado repetidamente en contra de la aplicación de la misma, pero tampoco a Benidorm. El alcalde de esa localidad, Toni Pérez, cargaba ayer tintas contra el Botànic y afirmaba que "lo que estamos llamando tasa es un eufemismo porque se trata de un impuesto" que se aplica "al sector que más contribuye a crear riqueza en toda la Comunitat Valenciana". Pérez daba el dato aportado por el sector: "cerca de 4.000 millones de euros" que según él, "se van a penalizar" por un nuevo impuesto" ha reiterado. Pérez ha afirmado que este impuesto supone "una claudicación y una humillación de la mayoría ante los intereses y exigencias de los partidos radicales y minoritarios" y que esta decisión "aprobada por Ximo Puig, no lo olvidemos", remarcaba el alcalde, "ha roto el consenso alcanzado por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias". Pérez afirmaba que "Podem y Compromís tienen un 'tic' ideológico profundo en contra del turismo" y les acusa de practicar la turismofobia.