El Ayuntamiento de Santa Pola ha solicitado a la Generalitat Valenciana que en el decreto sobre el que trabaja que impide la recogida de posidonia de las playas de la Comunitat durante cinco meses al año se contemple “una excepción” relativa a la costa de la villa marinera.
El Consistorio santapolero argumenta que las playas de su término municipal deben ser consideradas como un “punto singular” en el que se “permita retirar los arribazones de algas de las playas durante todo el año” por motivos que van desde “la gran cantidad” que se reciben como consecuencia “de estar situados frente a la reserva marina de la Isla de Tabarca” a la propia situación “semicerradas” de las playas, que impide que el oleaje pueda devolver los restos de posidonia al mar.
Así lo ha explicado Loreto Serrano, alcaldesa de Santa Pola, que ha incidido en que ese planteamiento ya ha sido trasladado al gobierno autonómico, cuya intención es que la recogida de posidonia quede prohibida todos los años en las playas urbanas en el periodo comprendido entre el 15 de octubre y el mismo día del mes de marzo.
El ejecutivo autonómico trabaja con la previsión de que el decreto pueda entrar en vigor el próximo mes de mayo.
Desde el Ayuntamiento de Santa Pola se ha apuntado que su litoral es uno de los que más restos de posidonia recibe y en este sentido ha añadido que en 2019 se registró la llegada de más de 10.700 metros cúbicos de posidonia, cifra que en 2020 superó los 37.100 metros cúbicos; y que el pasado año se cifró en casi 13.800 metros cúbicos.
Santa Pola cuenta con trece playas, de las que siete son urbanas y seis naturales.
La alcaldesa de la localidad ha considerado que las playas santapoleras no sufrirán erosión si se retira la posidonia y ha añadido que el municipio lleva “varios años trabajando en proyectos de economía circular”, así como que el municipio cuenta con empresas que están utilizando las algas para la elaboración de abonos, sustrato natural e incluso aplicaciones de las algas para los animales”.
