Jorge Almirón es el elegido. Christian Bragarnik ha tardado ocho días en madurar la decisión y, al final, ha optado por la menos esperada y la más sorprendente de todas. El técnico argentino regresa a Elche dos años después de su destitución, tras ser despedido en la campaña 2020/21 con una racha de 16 encuentros sin lograr la victoria a sus espaldas.
Bragarnikbuscaba a un técnico de su confianza para intentar enderezar el rumbo del equipo, hundido en el fondo de la tabla con únicamente dos puntos sumados de los primeros 24 disputados, el peor arranque liguero de la historia del Elche en Primera División.
El anuncio llega sólo un día después de que el Elche confirmase que Sebastián Beccaceceno podría entrenar en España al no cumplir con los requisitos marcados por RFEF y Jira Panel UEFA de cinco años consecutivos como profesional en los banquillos.
Las opciones nacionales que Sergio Mantecónpuso sobre la mesa del propietario no convencieron a Christian Bragarnik, que se la juega con sus ideas y un técnico de su cuerda. La afición ha reaccionado con sorpresa ante este regreso y habrá que ver cuál es la respuesta de la grada del estadio Martínez Valero ya que durante la temporada de Almirón no hubo público en la grada y el malestar con su estilo y juego fue palpable a través de las redes sociales.
Almirón tiene ahora ante sí una segunda oportunidad y Christian Bragarnik se juega mucho con esta decisión. Principalmente, la permanencia de su proyecto en el Elche en Primera División.