OPINIÓN

"Si no aprendemos de nuestros errores podriamos ir hacia una nueva burbuja inmobiliaria"

Fermín Crespo, director de ATAMA Estrategia Resposable, reflexiona sobre el nuevo auge del sector de la construcción y la venta de viviendas

Madrid | 05.07.2018 06:00

El sector inmobiliario ha dejado atrás la crisis de forma definitiva. Hay tres factores muy reveladores: el primero es que en la provincia de Alicante se han iniciado un 30% más de obra nueva en los cuatro primeros meses del año que en el mismo periodo del anterior; el segundo que la firma de hipotecas sobre viviendas se ha disparado un 34% en el mes de abril; y el tercero que el importe medio de las hipotecas sobre viviendas creció un 9,1% respecto a abril de 2017.

Los datos publicados por el ministerio de Fomento no dejan lugar a dudas: entre enero y abril se han emitido en la provincia de Alicante un total de 2.791 visados de obra nueva, de los que 528 eran para reforma o ampliación, y el resto para nuevas viviendas, un 36% más que en 2017, que ya fue un buen año.

Por otro lado, el informe de coyuntura de INECA nos da otro elemento a tener en cuenta, puesto que el número de transacciones en el primer trimestre del año se ha incrementado un 18% respecto al ejercicio anterior.

De forma paralela ha subido el valor medio de la vivienda un 3% mientras que el capital que han prestado las entidades de crédito para este fin ha subido un 46,5% en tasa interanual, hasta superar los 3.500 millones de euros.

El presidente del Colegio de Aparejadores de Alicante, Martín Pomares, afirmaba en un diario digital que con esta tendencia la provincia tendrá a final de año más viviendas iniciadas que en 2008, una fecha fatídica para nuestra economía, puesto que fue el inicio de la crisis más profunda que hemos vivido desde el Crack del 29.

Uno de los motivos principales de este nuevo escenario es el recalentamiento de los alquileres que, después de unos años de prudencia, han subido tanto que hacen atractiva la adquisición de vivienda. Si a esto añadimos el aumento de la demanda tanto extranjera como nacional, esta última ha estado durante años contenida por la falta de seguridad en el futuro, y la relajación en los criterios de aprobación de hipotecas por partes de las entidades de crédito, estamos ante un escenario similar al que nos llevó a la burbuja inmobiliaria que nos ha tenido diez años sumidos en la miseria.

La cuestión es tan evidente que las empresas empiezan a demandar más y más formados trabajadores ante el incremento de la demanda, lo que significa que los sueldos están creciendo y esto tendrá un efecto llamada a profesionales de otros sectores que buscan una mejora en sus ingresos. Un factor más que contribuirá al encarecimiento de la vivienda.

¿Cómo evitar que esto nos lleve de nuevo al desastre?

Creo que es necesario aprovechar la mayor sensibilidad que tiene la sociedad, ante los estragos de la crisis que ha vivido en sus propias carnes, para pedir a los actores económicos y a la Administración que actúen con responsabilidad, transparencia y compromiso para evitar una nueva y mortal burbuja inmobiliaria.

Para adquirir conciencia de la situación les recomiendo la lectura del libro “El hombre que cambió su casa por un tulipán”, de Fernando Trías de Bes, en el que se hace un repaso a las burbujas más importantes de la historia en las que hasta los más prudentes se transforman en necios y confunden valor y precio.