El IES Tirant Lo Blanc y la solidaridad con los menores no acompañados
José Francisco Michelli y Santiago Soriano nos acercan la iniciativa de Belén Delgado, profesora del IES Tirant Lo Blanc de Elche, para concienciar a sus alumnos en torno a la situación de los menores marroquíes no acompañados que viven en Ceuta
El alumnado, el profesorado y el personal administrativo de los IES Tirant Lo Blanc y La Hoya de Elche, ha impulsado una campaña que ha permitido enviar 10 cajas de ropa y calzado a 100 niños marroquíes que viven en las calles de Ceuta, a través de la Fundación SEUR.
La idea se le ocurrió a la docente Belén Delgado, tras realizar una visita a la Ciudad Autónoma durante la pasada Semana Santa, como parte de las actividades que realiza la Plataforma de Ayuda a Personas Refugiadas de Elche.
Los beneficiarios de esta campaña son, en su mayoría, jóvenes de entre 16 y 18 años que duermen en las escolleras del puerto de Ceuta, a la intemperie. Provienen de familias humildes de Marruecos y, en algunos casos, nunca han sido escolarizados. Una de sus prácticas diarias es ingeniarse fórmulas para cruzar a la península como polizones de algún barco o escondidos en los bajos de algún camión. Y correr de la policía, y salir airosos de las persecuciones de los camioneros.
En cambio, quienes clasificaron y seleccionaron la ropa y los zapatos que se han enviado a Ceuta, fueron jóvenes de entre 15 y 17 años, que cursan la FP Básica en el Tirant Lo Blanc.
Este itinerario formativo les ofrece la posibilidad, al finalizar, de obtener el graduado en la ESO y aprender un oficio. Unos optan por aprender Cocina y otros por tener conocimientos de Informática. “Es un programa de segunda oportunidad”, afirma Belén, “que les permite trabajar una vez que terminan o continuar sus estudios en un ciclo medio formativo”.
La primera vez que Belén llegó al puerto de Ceuta, lo hizo acompañada de Reduan Mohamed Jalid, un ceutí de origen marroquí que trabaja con los menores no acompañados. Llegaron armados de bocadillos. Correr, esa fue la reacción de los chavales al pensar que era un coche de la policía. Luego Reduán les habló en árabe y fueron saliendo de entre las escolleras, a contraluz de los faros del coche que les traía la cena. “¡Está caliente!”, dijo un menor de nueve años, mientras otro le enseñaba los restos de sus zapatos a Belén, los pies desprotegidos y los cuerpos que pedían una ducha urgente.
En Elche, la docente pidió a sus 23 alumnos de FP: “elijan la ropa que esté en mejores condiciones, como si fuese para usarla vosotros”. Las chicas seleccionaron y los chicos se encargaron de dar el visto bueno: “este chándal está chulísimo… estas zapatillas me las pondría yo”. Belén le explicó a su alumnado que la casualidad de nacer o vivir aquí o allí, te hace que vivas de una manera o de otra: “mientras para vosotros el principal problema es aprobar o no aprobar, los chicos que recibirán esta ropa se juegan la vida para venir aquí”.
A los dos días de volver Belén de Ceuta, un joven marroquí llamado Omar murió atropellado por un camionero en el puerto. Fue una persecución, aunque el conductor lo negó al principio.
Meses antes, en diciembre, había sido asesinado a golpes otro joven en un Centro de Menores, los educadores dijeron que había sido una pelea entre los chicos, la versión de los compañeros de la víctima es que fue una paliza de los educadores.
En enero de este año, otro chico murió de una infección en el pie en el Centro de Menores Gota de Leche de Melilla, porque las autoridades se negaron a trasladarlo al Hospital de Málaga para que recibiera la atención que requería.
Frente a todas las tragedias, Belén construye propuestas para concienciar a su alumnado. En una asignatura sobre Iniciativa Empresarial que imparte en tercero de la ESO, la docente mostró a su alumnado que el emprendimiento tiene muchas caras. Les puso el ejemplo de su amiga María Ángeles Carpio Pérez, que pasó de ser una broker en la city de Londres a fundar la ONG que lleva sus apellidos, para desarrollar proyectos locales que permitan erradicar la pobreza en Tanzania.
Entre las ideas propuestas para enviar apoyo a la Fundación Carpio Pérez, triunfó la de realizar un concurso de tartas en el IES Tirant Lo Blanc. Cada año, el alumnado que cursa la asignatura sobre Iniciativa Empresarial, lleva al Instituto tartas que hacen en sus casas. Se conforma un jurado compuesto por alumnado, profesorado, la conserje y una de las trabajadoras de la limpieza del centro, quienes eligen y premian a la tarta ganadora. El dinero recaudado viaja a Tanzania.
Otras iniciativas son el mercadillo solidario de objetos de segunda mano, realizado en el marco del Día de las Madres. El dinero recaudado se envió a los refugiados de los campamentos de la frontera entre Serbia y Croacia, a través de la Plataforma de Ayuda a Personas Refugiadas de Elche. Pero en el Instituto también realizan una carrera solidaria, que este año se destinó al proyecto de Ceuta. La comunidad educativa también participó, junto a otros muchos centros de Primaria y Secundaria ilicitanos, en la recogida de alimentos y productos para el contenedor que se envió recientemente a Siria desde Elche.