Frankenstein Cordero
El periodista David Marín ofrece su opinión sobre el cierre de mercado de invierno para el Elche CF
Como muchos de ustedes sabrán, el doctor Frankenstein es un personaje de ficción cuya obsesión fue dar vida a una criatura a partir de pedazos de otros seres humanos y el empleo de sustancias químicas. Su éxito dio a luz a otro personaje que superó en fama a su creador y que ha quedado como una de las referencias más populares de la ciencia ficción, incluso dos siglos después de su nacimiento.
Tras este párrafo cultureta, vayamos al grano. Siempre he desconfiado del mercado de invierno. Reconozco que, por lo tanto, parto de una base con prejuicios, lo que me puede llevar al error. Pero ya son muchos años viendo y leyendo sobre fútbol, en los que sería capaz de dar un elevadísimo porcentaje de fichajes inocuos realizados en enero y una tasa excesivamente pequeña de aciertos invernales. Me sabe mal, por ejemplo, recordar las palabras de Chuti Molina hace justo un año, en las que se jactaba de que él nunca había fallado en enero y luego pasó lo que pasó, por mucho que ahora Fabián esté dejando boquiabierto a la España futbolera.
Siempre he imaginado en enero a los directores deportivos ataviados con una bata blanca, despeinados, arrancando y cosiendo jugadores de su plantilla para tratar de enmendar los errores del verano. Así he visto a Jorge Cordero, que de momento no abandona su mensaje de que tiene “la mejor plantilla” de Segunda División B. Sus actos le llevan la contraria, al haberse producido cinco altas y cuatro bajas desde que el año 2017 dio paso a 2018. A todo ello, no lo olvidemos, hay que añadir el relevo en el banquillo de Vicente Mir por Josico. Algo se hizo mal entre junio y septiembre. No estaría de más reconocerlo.
¿Y ahora qué? Tengo la sensación de que la plantilla se ha reformado al gusto del entrenador, lo cual no es malo, especialmente para un club como el Elche, que a día de hoy tiene que pensar en el presente, aunque sea a costa del futuro. Me refiero a que el ascenso es necesario y el proyecto debe encaminarse a seis meses vista y no a años venideros.
En ese sentido se ha fortalecido la medular con Jony, renunciando al aspecto creativo con la marcha de Diego Benito y el no fichaje de un centrocampista organizador. No me gusta este movimiento, pero cierto es que el mercado de Segunda B ofrece lo que ofrece a nivel de calidad en esa posición específica. En este sentido, la apuesta va por otra vía: músculo, físico y seguridad defensiva.
En la zaga, que fue la zona que primero construyó Cordero en verano, se han producido muchos cambios. De salida, dos de los teóricos titulares ya no lucen la franja verde (Golobart y Adrián) y también se le ha enseñado la puerta de salida a Peris. Llegan dos centrales como Ivan Zotko y Neyder Lozano que, a primera vista parecen lo que parecen, dos muros. Ojalá que el muro no se convierta en tronco. Además, Manu refuerza el lateral zurdo en un cambio que genera dudas por el nivel que se le presuponía a un Adrián que, eso sí, ha pasado con más pena que gloria por el Martínez Valero.
Y en ataque poco ha variado el panorama, más allá de la polémica con Nino y el escarceo de Sory Kaba (o de sus representantes) con otros equipos. Josan refuerza las bandas y no llega ningún extremo zurdo puro, que era lo más deseado. El mejor fichaje será que el delantero guineano recupere su nivel de principio de campaña y que sus compañeros en el área eleven la competitividad entre ellos.
Así están las cosas a 1 de febrero, con el Mallorca a un mundo de distancia, el Villarreal B muy asentado en la segunda plaza y un Elche que tiene que mirar más hacia atrás que hacia adelante. Nueve retoques en enero parecen demasiados. He de confesar que siempre he mirado con recelo a las personas (mujeres u hombres) que abusan del quirófano para sentirse más guapos. Siempre fui más de la belleza natural, esa que en el fútbol se consigue en verano, aunque fuese más discreta. Ahora, el cirujano Cordero ha sacado el bisturí y en los próximos meses hay que ver cómo ha quedado su obra. El Elche será su Frankenstein particular, hay que ver si el monstruo siembra el pánico entre sus rivales o entre sus propios aficionados. Que sea lo primero.