Y tú peor
El periodista David Marín opina sobre el derbi disputado este pasado domingo en el Rico Pérez entre Hércules CF y Elche CF
Hubo una época en la que un servidor revisaba, casi minuto a minuto, las páginas 202, 203, 204 y 205 del teletexto de Televisión Española para saber cómo le iba al Hércules. Eso añadía un punto extra de alegría a un triunfo del Elche ese fin de semana o servía como bálsamo a un empate o una derrota. Ya a mediados de la década pasada, con los dos clubes en Segunda, el teletexto fue dejando paso a los livescores de MARCA u otros portales web.
Eso es, al fin y al cabo, la rivalidad deportiva. Estar pendiente de tu equipo y del rival. Imagino que no es lo más sano, pero es inevitable. Pues reconozco que eso lo he perdido. Ya no estoy pendiente de como queda el Hércules. Me llega en algún mensaje de Whatsapp o en algún aviso de alguna app. Sinceramente, ni sus victorias me fastidian ni sus derrotas me alegran el día. A eso ha quedado reducida la rivalidad entre herculanos e ilicitanos para mí. O he madurado o he perdido la fe en el fútbol como sentimiento. No lo sé.
He de reconocer que asistí al derbi en el Rico Pérez con la ilusión de que despertara en mi interior ese tipo de sentimiento, ese sueño por ver este partido alguna vez en Primera. Y el ambiente estaba bastante bien. Era la primera vez en mi vida que asistía al estadio del eterno rival y la ocasión no pintaba tan mal.
Allí estaban compañeros de prensa a los que me extrañaba ver en un hábitat diferente al Martínez Valero. El gran Pablo Verdú, abrigado hasta las cejas, al que me hizo ilusión ver en su casa y comprobar el reconocimiento a la figura de su padre (el periodista Pascual Verdú Belda). "Niño, vente abrigado el domingo", me había advertido. No le hice demasiado caso y lo pagué.
La afición del Elche con sus cánticos, algunos irrespetuosos hacia la capital. La del Hércules con los suyos, también con su dosis de sorna hacia el vecino. Abandonamos la zona de prensa para ver el partido desde la grada. Abuelos, padres y niños. Se respiraba ilusión por el derbi, aunque la cruda realidad nos lo haya devuelto en Segunda B.
Hasta el pitido inicial. Empezó fuerte el Hércules, pero el empuje duró poco. En el Elche los ojos se iban hacia Benktib, debutando como titular en el primer equipo en un derbi. Dejó detalles. El tiempo pasaba, el miedo crecía en el césped y el frío amenazaba cada vez más en la grada. Ilicitanos y herculanos esperaban cualquier fogonazo para calentarse, pero la realidad pudo a la ilusión: 0-0 y los dos equipos fuera del playoff.
Pudo ganar el Elche con una jugada en el minuto 88, tras un preciso pase largo de Albacar a Collantes que acabó en el palo. Pudo ganar el Hércules con un remate de Chechu unos minutos antes que pasó rozando el palo. Lo justo es que no lo hiciera ninguno porque no lo merecieron. Cero riesgos. Fue el derbi del "y tú peor", por mucho que Josico y Claudio trataran de destacar el esfuerzo de sus jugadores en el terreno de juego. Creo que ya lo escribí por aquí hace unas semanas: al futbolista se le supone el esfuerzo, como al soldado se le supone el valor.
Y ahora qué, dirán algunos. El panorama no es muy halagüeño, a un partido para terminar la primera vuelta. Un inicio de temporada histórico (por lo positivo) ha mutado en una mitad de temporada histórica (por lo negativo). Lo que parecía que iba a ser un camino de rosas está teniendo ya demasiadas espinas. Hasta tal punto de que el Elche ya ha firmado su peor racha sin ganar en liga regular de Segunda B con seis partidos (en la 91-92 estuvo siete, pero contando la promoción de ascenso) y corre el riesgo de firmar la peor primera vuelta de su historia en la categoría si no gana al Olot. Ante tal escenario, dudo mucho que a alguno le quede el consuelo de decirle a un herculano: "y tú peor".