El balón parado

Ni jugadores ni entrenadores ni directivos ni siquiera la afición. Por mucho que nos empeñemos, en este deporte el auténtico protagonista es el balón. De él depende nuestra alegría o nuestra tristeza. De él depende el trabajo de unos o de otros, los salarios mejores o peores, las inversiones mayores o menores.

El balón es de los pocos elementos en el fútbol que no cambia, que no engaña. Es siempre el mismo. Sin picos de forma, sin lesiones, sin juergas nocturnas que aminoren su rendimiento. El balón, como el algodón, no engaña.

Ese balón tiene al Elche CF en un sinvivir esta temporada. Los hombres de Pacheta son voluntariosos. Mucho, además. Me atrevería a decir que, en una hipotética e imposible clasificación de la Liga sin balón, irían líderes. O, al menos, en la zona noble de la tabla clasificatoria.

Lo que pasa es que a esa voluntad hay que sumarle el virtuosismo con el balón. Y no me refiero únicamente al vinculado con la calidad, la posesión, el tiqui-taca, o como quiera que lo llamen ustedes. Hay muchas formas de triunfar en el mundo del fútbol. E incluso las consideradas como herejía necesitan el dominio del balón. En su caso, el arte de que este no llegue nunca a tu portería y que siempre que llegue a la rival. Hay entrenadores, jugadores y equipos que han hecho maestría de ello, casi siempre con el descrédito del rival.

Tras casi media Liga, la sensación es que este Elche no consigue llevarse bien con el balón. Me explico. Este equipo sufre en ataque, sí. Pero no nos engañemos, también sufre en defensa y en el centro del campo. Camina demasiado sobre el alambre. Compite, pero le cuesta un mundo ganar y varias galaxias hacerlo de forma cómoda. Cada vez que consigue adelantarse en el marcador, cerrar los partidos se convierte en el Everest particular de los de Pacheta.

En fase ofensiva toda apuesta tiene un nombre: Sory Kaba. Cuando Sory parece Drogba, el Elche mantiene una media goleadora decente, que no brillante. Cuando Sory parece Noel Williams, drama total. Nino y Benja no se suben al carro del gol y futbolistas en momentos dulces como Javi Flores, Borja Martínez o Iván Sánchez no tienen (o no han mostrado) colmillo anotador.

Otro problema en ataque del que no sé si se habla o se ha recapacitado es el del balón parado. Ya saben las teorías que envuelven a la estrategia y su importancia en el fútbol, como se constató sin ir más lejos en el reciente Mundial. Entre sus goles de esta temporada, el Elche no ha hecho ninguno en acción de estrategia directa. Vinculados a faltas o córners sí llegaron cuatro tantos: Borja metió un golazo de falta contra el Málaga, Gonzalo anotó frente al Real Zaragoza en un córner un tanto estrambótico y Manuel Sánchez y Sory marcaron a Real Oviedo y Cádiz en acciones derivadas de un saque en corto de acción a balón parado.

Ante el Sporting faltaron un par de córners más de Alexander para pedir la segunda vuelta de Albacar. Cuando tu ataque está entre los peores de la categoría, la estrategia es la única arma para saciar la sed goleadora de tus jugadores. En esto, Pacheta tiene deberes para la segunda vuelta.

Pero mal haría el Elche en creer que su problema únicamente reside en el ataque. Sin la sobresaliente actuación de Francis, lo más lógico es que el Sporting hubiese vuelto a Gijón con dos puntos más en su casillero. Y al centro del campo le cuesta ser dominante. En este aspecto, el balón parado es un problema doble: falta alguien que ayude a moverlo mejor en las transiciones ataque-defensa y alguien que saque petróleo de la estrategia.

Ya sé qué me dirán muchos: el mercado de invierno. Me tiemblan las piernas cada vez que alguien se aferra a lo que se pueda fichar en enero como tabla de salvación. En primer lugar porque el verbo empleado hay que tenerlo en cuenta: poder. Acuérdense del límite salarial. Y, en segundo lugar. porque sin dinero en Segunda es complicado marcar diferencias en este mercado de mitad de curso. El mejor fichaje quizá sería conseguir que gente como Chuca, Alexander, Josan, Benja o Nino eleven su rendimiento y den el nivel que realmente tienen en sus botas. Si lo consiguen, el balón colocará al Elche bastante más alto en la tabla.