El ascenso
Sergi Guilló, excapitán del Ilicitano y actual técnico de la cantera del Elche CF, opina sobre la importancia del derbi, del pase para el playoff y de lo que supondría el ascenso a Segunda División
Para volver a la élite, ese lugar donde estábamos hace no mucho tiempo, hay que ascender por la escalera peldaño a peldaño. Y el primero, con mucho esfuerzo y con todo merecimiento, ya lo hemos subido.
Ya somos equipo de playoff, objetivo mínimo que se le debía exigir a la plantilla para la presente temporada. Lo de quedar campeón hubiese sido la guinda al pastel, pero reconozcamos que la primera vuelta del Real Mallorca no era lo normal en esta categoría. La reacción del Elche ha sido buena, aunque ha llegado tarde. Al calendario le han faltado algunas jornadas para hacer posible este objetivo.
Tres eliminatorias separan un nivel futbolístico de otro; un escalón enorme que costará superarlo, pero el premio que hay en él merece, y mucho, la pena. Toca apretar los dientes, ir todos a una y "ayudar en todo lo posible desde fuera", como decía este jueves nuestro capitán Edu Albacar.
La sensación de ascender de categoría no será lo misma para la afición, acostumbrada a habitar en el fútbol profesional, pero desde luego que para un jugador ascender no tiene comparación con nada que se le pueda plantear, sea la división que sea.
Un ascenso a Segunda División permitiría volver a activar el sueño de regresar a Primera División así como salvar de la quema institucional, económica y social a un club que debería de estar peleando con los mejores, con el estadio Martínez Valero siempre engalanado para las grandes citas. Esa es la mejor motivación que se le puede dar a la plantilla que dirige Pacheta para conseguir el anhelado ascenso.
Yo confío.