OPINIÓN

Resistencias internas en los partidos políticos

La politóloga y profesora de la UMH, Victoria Rodríguez, reflexiona sobre los 'fichajes' de cara a las próximas elecciones

ondacero.es

Elche | 05.02.2019 16:02

Victoria Rodríguez, jurista, politóloga y profesora universitaria.
Victoria Rodríguez, jurista, politóloga y profesora universitaria. | Onda Cero Elche

Últimamente diversas formaciones políticas están 'fichando' a personas relevantes para sus listas electorales.

Sanguino, el director del Teatro Principal, fue propuesto la semana pasada como alcaldable de Alicante con todos los beneplácitos de la dirección regional pero después rectificaron y tendrá que pasar por el proceso democrático y someterse a las primarias.

Pablo Ruz en Elche ya ha dicho que LlanosTrigueros, una excelente deportista, llevará la coordinación de deportes del Partido Popular en la ciudad de las palmeras.

También el mismo Pedro Sánchez propuso hace unos días al exseleccionador de baloncesto Pepu Hernández para la Alcaldía de Madrid.

El nuevo consejero de Educación dela Junta de Andalucía, Javier Imbroda, es un reconocido ex seleccionador del Real Madrid, 'fichado' por Ciudadanos.

Pablo Casado también ha apostado por nuevas caras y la campeona olímpica Ruth Beitia iba a ser candidata a la presidencia de Cantabria aunque ésta renunció a las dos semanas.

Por una parte parece una excelente idea aportar profesionales de la sociedad civil al ámbito político. Éste se ventila, se aporta un plus de meritocracia a la gestión pública y en algunas ocasiones puede suponer un atractivo transversal para captar simpatizantes.

Los partidos están desde hace tiempo, bastante devaluados y se presentan como una preocupación ciudadana desde el año 2010 según nos dice el CIS.

Parece por tanto una buena idea que las formaciones políticas decidan nutrirse con expertos de la sociedad para fortalecer sus cuadros y regenerar su imagen. El coste normalmente lo paga el profesional que se lanza al ruedo y se atreve a hacer “pinitos” en el ámbito político, porque enseguida sale su vida oscura, defectos ciudadanos o reproches sociales.

Repentinamente afloran enemigos para escarbar en búsqueda de manchas y destapan las miserias para ensombrecer el fichaje, dañando también al partido que lanzó a la arena al mirlo blanco.

Así por ejemplo al día siguiente del fichaje de Pepu Hernández, toda España sabía que había usado de una sociedad para pagar menos impuestos. También batallas internas hicieron renunciar a Ruth en Cantabria.

Otro coste adicional de esta práctica es la que refiere a los militantes. Algunos llevan años trabajando gratuitamente en la organización y esperando algo, ¿qué hay de lo mío? pero de repente la dirección entiende que es hora de echar mano de mirlos blancos, y a los de casa, a los de siempre, les toca pacientemente esperar otra oportunidad.

No les extrañe que algunas almas vengativas sean las que saquen a la luz pública las “miserias íntimas” de los recién fichados. Además, en aquellos casos donde se juega con “primarias” y la dirección apuesta firmemente por un candidato ya casi se elimina la democracia interna por cuanto a ver quién se atreve a desautorizar al candidato favorito del Jefe. Esto es lo que ha pasado con el fichaje del PSOE en Madrid, que fue enseguida apoyado por Pedro Sánchez o el candidato socialista de Alicante, que fue apoyado por el mismísimo Ximo Puig.

En fin, parece que cuando los partidos deciden innovar, aparecen resistencias internas con el ánimo de impedirlo.