Todos los detenidos, que han quedado en libertad provisional con cargos tras pasar a disposición judicial, están acusados de pertenecer a una red internacional que distribuía pornografía infantil, incluida zoofilia con niños, a través de distintos grupos de WhatsApp.
Los agentes del Grupo de Investigación de Delitos Tecnológicos de la Guardia Civil han utilizado por primera vez en España la figura del “agente virtual encubierto” para llegar hasta los sospechosos. La operación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción 2 de Orihuela.
Los grupos de WhatsApp investigados eran administrados por ciudadanos de países latinoamericanos como Chile, Perú o México.
Según estiman los agentes que han desarrollado la operación, los foros investigados, que cambiaban a menudo de nombre para dificultar su rastreo, estaban compuestos por “miles de personas de todo el mundo”, aunque la Guardia Civil se centró en los 19 usuarios con teléfonos radicados en España, residentes en un total de 14 provincias españolas (Madrid, Barcelona, Sevilla, Alicante, Murcia, Córdoba, Vizcaya, Granada, Valladolid, Málaga, Almería, Tenerife y Lanzarote, A Coruña y Castellón).
Los agentes están convencidos de que los consumidores y distribuidores de este material se lo descargaban en otros dispositivos como ordenadores, discos duros o memorias USB para no colapsar sus terminales, dado el volumen de los archivos.
Según ha informado la Guardia Civil, las imágenes analizadas en el transcurso de la investigación incluyen fotografías y vídeos explícitos pedófilos protagonizados por niños de diferentes edades, incluidos “bebés de meses”, algunos de ellos de tipo zoófilo.
Un testigo protegido facilitó a los investigadores uno de los enlaces de Internet a través del que se llegaba a estos grupos de WhatsApp, lo que permitió que la investigación se pusiera en marcha en marzo del pasado año.
La investigación arrancó en marzo de 2017 y finalizó el pasado 11 de enero. Lo hizo tras conocerse que en determinados grupos de Facebook se intercambiaban enlaces desde los que se accedía a grupos de mensajería instantánea.
La mayoría de esos grupos, más de 20 contabilizados, tienen un administrador en países sudamericanos y el número de los usuarios ascendería a "miles de personas", dado que cada grupo tiene una capacidad máxima de 250 personas.