EDUCACIÓN

“Apostamos por una escuela más dinámica y adaptada a una sociedad que cambia y avanza”

Asun Bañón es la presidenta de la Plataforma a Favor de la Jornada Continua por la Libre Elección, una asociación que defiende desde Ibi los beneficios de la nueva jornada intensiva para toda España

Monserrate Hernández

Elche | 12.06.2017 06:00

La ibense Asunción Bañón Palao es presidenta de la Plataforma a Favor de la Jornada Continua por la Libre Elección, una asociación de gran arraigo en la provincia de Alicante que ha extendido su defensa a favor de que el voto para decidir jornada recaiga en los padres, con el objetivo de facilitar la conciliación familiar. Sus argumentos se basan en la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos y a las dinámicas progresistas que envuelven a las familias, con la posibilidad de dar tres alternativas para que el alumnado abandone las clases en Infantil y Primaria (14:00, 15:30 y 17:00 horas).

¿Qué considera mejor para el alumnado de Infantil y Primaria: la jornada continua o la jornada partida?

Una no es mejor que la otra. Simplemente son diferentes porque ofrecen una reorganización distinta de los horarios. Hay tantas opciones válidas como familias existen. La jornada continua sí que permite que el tiempo libre se reagrupe para conciliar mejor, ya que cuenta con tres opciones para poder recoger a los niños. La partida solo cuenta con una, que es a las 17:00 horas. Con esta variación, las familias ahora pueden decidir si recoger a sus hijos a las 14:00 horas, a las 15:30 horas o a las 17:00 horas. Y no tiene por qué ser todos los días la misma opción, sino que cada uno se puede adaptar a las diferentes circunstancias que puedan aparecer a lo largo de un curso.

¿Por qué desde la Plataforma a Favor de la Jornada Continua por la Libre Elección apuestan por el cambio a horario intensivo?

Nosotros no solo defendemos la jornada continua. Lo que defendemos es la libre elección para que sean las familias las que decidan el horario que van a tener sus hijos. No lo haríamos así si fuese una imposición, ya que todos los colegios, familias y comarcas no cuentan con las mismas necesidades. Apostamos por una escuela más dinámica que se adapte a las necesidades de una sociedad que está cambiando y avanzando mucho.

¿Le encuentra algún inconveniente a la jornada continua?

Personalmente, la he vivido este curso y no le veo ninguno. De hecho, en mi colegio había gente que no la quería y ahora está súper contenta porque ha notado un cambio en sus hijos. El tiempo libre se reagrupa mejor, los niños disponen de más tiempo para hacer los deberes y de más libertad para hacer otras actividades con la lección aprendida. Por ejemplo, algo tan sencillo como irse a un cumpleaños con la ficha del día hecha. El nivel de estrés, por las carreras que nosotros les provocábamos, baja bastante.

¿Y a la jornada partida?

El mayor inconveniente que tiene la jornada partida es que el corte del mediodía se prolonga mucho tiempo (tres horas). En mayo, en las zonas de costa el calor aprieta mucho y por las tardes es un suplicio ir a clase. Si hubiese un termómetro dentro de los colegios en esa parte del año no se daría clase porque se supera la temperatura permitida por Conselleria.

¿Qué opina del proceso electoral que se ha producido en los colegios para decidir el horario de la jornada escolar?

Cada colegio lo ha vivido de una manera. Es un tema complicado. En la mayoría de centros ha sido una decisión de la comunidad que ha quedado ahí, en la que cada familia ha emitido su opinión. Son menos los casos en los que sí han surgido tensiones entre las familias, pero han sido muy nombrados, especialmente en Elche. Eso ha provocado la sensación de que haya sido en más sitios, pero hablamos de pocas excepciones. Hay quien no quería la opción elegida pero que acepta lo que ha determinado la mayoría.

Sin embargo, hay colegios en los que ha ganado la opción de jornada partida en dos ocasiones durante el mismo curso y ya se piensa en la tercera votación para el siguiente…

Eso depende de la valoración que se haga de los resultados. En la inmensa mayoría donde no ha ganado la jornada continua no ha sido porque haya tenido menos votos, sino porque no se ha llegado al 55% del censo que exige la normativa. En muchos casos, los emitidos a favor de la jornada continua duplica, triplica y hasta cuadriplica a los que se dieron en contra. Entre las votaciones de septiembre y abril solo conozco dos casos, en toda la Comunidad Valenciana, en los que ha ganado el porcentaje del ‘no’. Hay familias a las que les da igual o que están menos implicadas, pero sus votos se han tenido en cuenta a favor de la partida. Estamos en desacuerdo con eso ya que no nos parece democrático, puesto que no expresa el sentir de toda la comunidad. El caso más escandaloso es el de un centro en el que hubo 88 votos a favor y solo ocho en contra, pero sin llegar al 55% del censo. Se contabilizaron más del 1000% de apoyos a favor y, por eso, el sistema es injusto, aunque somos conscientes de que en algún punto tiene que estar el corte.

Para usted, ¿cuál cree que es el mejor horario para los niños?

Hay tantas jornadas ideales como niños. Hay a quien le cuesta más ponerse en marcha a primera hora de la mañana y otros que reaccionan de distinta manera. Solo soy capaz de valorar la que mejor se adapta a mis hijos, pero no al resto de familias. Las jornadas son distintas y la continua simplemente permite una reorganización diferente de los horarios.

¿Qué opina sobre el hecho de que la decisión se haya dejado en manos de las familias sin haber tenido en cuenta otras opiniones de profesionales?

Ahí encuentras de todo. Un médico te dice que el aceite es buenísimo y encuentras otro que no. Hay sociólogos que no avalan la jornada continua y otros que te dicen que es estupenda. Ningún nutricionista me ha asegurado que sea una opción mala. Algún pediatra sí que me ha comentado que puede ser perjudicial, aunque si hay alguno que apunta que la jornada continua produce obesidad, no entiendo por qué hasta ahora sí que ha podido haber (obesidad) ya que la jornada era partida y los niños comían a las 12:30 horas. Ni todo es blanco ni todo es negro, existen muchos tonos de grises. A cada familia y a cada niño le puede venir bien una opción y, por eso, defendemos la libre elección, nunca la imposición.

¿Y sobre el papel del Gobierno Valenciano, que deja a las familias la decisión del horario escolar y no lo hace, por ejemplo, con el plurilingüismo?

Para mí son cosas diferentes. El tema de horarios no afecta a la pedagogía ni a los contenidos. Con el plurilingüismo sí que se puede cambiar el idioma y, con él, la pedagogía. Por eso no me parece justo que se haya creado un problema donde no existía. Antes, los centros educativos daban las clases con las dos líneas, en valenciano o en castellano, y ahora dicen que eso no puede ser. Hay familias que eligieron una opción y se les puede imponer otra por parte de Conselleria. Ahí es donde se crea la tensión.

Por último, ¿la jornada continua es el futuro de la Educación Infantil y Primaria?

Desde la asociación solo hemos querido dar un paso al frente para tener una escuela más dinámica, capaz de adaptarse a los ritmos de una sociedad tan cambiante como esta en la que vivimos. Por supuesto que no es el fin de todos los problemas. La solución pasa por la inversión y por la bajada de ratios. Eso sí que influye en el rendimiento escolar y haría que la educación fuese mejor en la Comunidad Valenciana.