El infarto representa la primera causa de muerte en España por delante del cáncer

La anemia en pacientes infartados acarrea complicaciones cardiovasculares futuras

Lo concluye así una investigación dirigida por la doctora Nuria Vicente del servicio de Cardiología del Hospital General Universitario de Elche

ondacero.es

Elche | 02.02.2019 12:20

Doctora Nuria Vicente del servicio de Cardiología del Hospital General Universitario de Elche
Doctora Nuria Vicente del servicio de Cardiología del Hospital General Universitario de Elche | Onda Cero Elche

Un estudio liderado por las por la doctora Nuria Vicente del servicio de Cardiología del Hospital General Universitario de Elche concluye que la anemia en pacientes que sufrieron un infarto agudo de miocardio se asocia a un mayor número de hemorragias futuras y más complicaciones cardiovasculares durante el seguimiento.

La investigación, realizada en colaboración con el Hospital General de Alicante y el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, ha estudiado 1.717 pacientes que habían sufrido un infarto agudo de miocardio y a los que se determinó los niveles sanguíneos de hemoglobina (glóbulos rojos) con una analítica ordinaria durante un año.

Los resultados han sido publicados recientemente en la revista especializa European Journal of Internal Medicine y han puesto de manifiesto que aquellos pacientes que presentaban anemia -niveles de hemoglobina más bajos en sangre- tenían más complicaciones en el seguimiento, con una mayor mortalidad.

Según ha destacado el jefe de Cardiología del hospital ilicitano, Pedro Morillas, el hallazgo de anemia en el seno de un infarto agudo de miocardio “debe poner en alerta ante la presencia de un paciente que puede sufrir complicaciones durante el seguimiento”, lo que “obliga un control más estrecho en el tratamiento y de su enfermedad, y a sopesar cuidadosamente el riesgo de hemorragia con el riesgo trombótico”.

El infarto de miocardio es una de las manifestaciones más graves de las enfermedades cardiovasculares con unos 120.000 casos anuales, y representa la primera causa de muerte en España por delante del cáncer y de las enfermedades respiratorias.

Debido a los avances médicos y la aplicación de medidas preventivas, en la última década se ha producido un descenso de la mortalidad por infarto en España, que ha pasado de los 22.000 fallecimientos en 2006 a los alrededor de 15.000 en el 2016.