CON JUAN LOZOYA

'Con las Orejas Tiesas': Inmigración sí, pero con control

La opinión de Juan Lozoya, cada semana en Onda Cero Castellón.

Onda Cero Castellón

Castellón | 27.11.2023 14:36

Seguro que alguno pensará que me estoy metiendo en terreno espinoso, porque hay temas, cada vez más, que en esta tierra son tabú. Me refiero al de la inmigración.

Estas últimas semanas hemos visto como llegan a nuestro país oleadas de personas desesperadas procedentes de muchos países, los más notorios por la forma de llegar son los que desembarcan en cayucos en Canarias… y que luego el Gobierno distribuye a su libre albedrío, como hemos podido comprobar en varios municipios de la provincia de Castellón.

Resulta imposible no caer en la compasión ante los dramas humanos que han vivido la mayoría de ellos para tener la oportunidad de vivir en unas condiciones medio dignas en el… ¿primer mundo?

Tienen derecho a tratar de sobrevivir ante la miseria que viven en sus países de origen. Pero el mismo derecho, aunque sea inversamente proporcional, es el que tenemos los castellonenses, igual que el resto de españoles, a tener garantizados nuestros derechos para acceder a una vivienda, una educación, un trabajo y una sanidad adecuada.

Y tenemos esos derechos porque también tenemos unas obligaciones que debemos cumplir, porque sin ese compromiso colectivo en el que todos aportamos, al final será imposible mantener operativa a la gallina de los huevos de oro.

Me refiero a Papá Estado, que se nutre de todos nuestros impuestos para hacer buenismo a nuestra costa.

Y lo que tenemos ahora mismo es un descontrol absoluto debido a muchas causas pero también, en parte, a que los servicios públicos están desbordados para atender las necesidades de muchos inmigrantes que, al igual que otros ciudadanos de la Unión Europea, vienen a hacer turismo sanitario a nuestra provincia y el resto de nuestra Costa Mediterránea, ¡que para eso es tan chula!.

Históricamente hemos sido un país de emigrantes, por lo que todos tenemos casos cercanos de familiares se tuvieron que irse para ganarse la vida.

Por eso entiendo, y defiendo, la inmigración. Pero igual que les exigían a nuestros abuelos, padres o tíos, con control y deberes, porque si no, no habrá forma de satisfacer nuestros derechos y necesidades.

Estoy seguro de que todos tenemos en nuestro entorno, laboral, personal o familiar, alguna persona que llegó a nuestro país de forma ilegal, irregular o como quieran llamarlo.

Y estoy seguro de que todos tenemos muchísimos más ejemplos en nuestro entorno de personas inmigrantes que se están ganando la vida trabajando y ganándose la vida de una forma digna, y a veces explotados, que de jetas que están viviendo de los subsidios por la cara. Y, además, los que lo hacen no son más que los españoles que conocemos en nuestro entorno.

Pero es que, además, nos encontramos con que el Índice de fecundidad es realmente muy baja en la provincia de Castellón. Apenas nacen 1,24 niños de media por cada mujer.

No seré yo quien lo critique, porque da la casualidad de que yo soy culpable como el que más. ¡Marta, todavía estás a tiempo y tienes edad para romper esta estadística!

Pero lo cierto es que contamos con una población cada vez más envejecida y con una mayor esperanza de vida.

Por eso ya no es solamente una cuestión de bondad humana, es también una cuestión de egoísmo puro y duro si lo queremos llevar al extremo.

Los castellonenses, los españoles y todas las personas que viven en nuestro país necesitamos que venga aún más gente porque, si no, dentro de 20 años no habrá trabajadores suficientes para mantener ni nuestro sistema sanitario, ni nuestra educación, ni nuestras pensiones… ni absolutamente nada de nada.

Así que la realidad es que todos nos necesitamos, pero no a cualquier precio, ni a cualquier coste.

Porque también conozco, desgraciadamente, muchos casos de personas que han venido de fuera a aprovecharse de las ventajas sanitarias que ofrece nuestro país por ese buenismo desmedido y, algunas veces injusto.

Porque sí, conozco casos de personas que han traído a sus padres, hermanos, hijos o sobrinos de China, Marruecos, Colombia o Rumanía directamente para que se operen en España o, por ejemplo, reciban tratamientos oncológicos.

Entiendo que puede ser duro, pero esa es una de las razones por las que nuestro sistema sanitario está tan desbordado en Castellón y por las que las listas de espera para ver al médico de cabecera ya no se miden en días, sino en semanas; y las listas de espera para ver al especialista ya no se miden en meses, sino muchas veces en años.

Así que, ya sabemos todos de lo que hablamos y de lo complicado que es una situación, en la que pagan, o pagamos, justos por pecadores.

Así que, yo sí estoy a favor de la inmigración, pero con control.

De todas formas, no hagan mucho caso… que es solo mi opinión.