La experiencia piloto desarrollada en la temporada anterior ha sido satisfactoria, lo que ha llevado a mejorar el proyecto para dar satisfacción a los propietarios de mascotas. Este año, la instalación se ha trasladado desde la playa del Pinar hasta la playa frente al Planetario, donde se ha habilitado un espacio de 3.500 metros cuadrados para el esparcimiento de los animales.
Además, se han colocado paneles con las normas de uso como el horario, que se ha establecido entre las 7.00 y las 23.00 horas, y sobre la necesidad de que se respete una zona de paso de cuatro metros desde la orilla para compatibilizar el uso por parte del resto de usuarios de la playa; así como la obligación de recoger los excrementos de los perros y depositarlos en la papelera, y que los perros potencialmente peligrosos lleven bozal.
Además, se recuerda que los propietarios son responsables de los daños que pueda causar el animal y se pide que no se generen molestias al resto de usuarios, así como que no se utilicen detergentes en la ducha.