Es difícil que un técnico como Santi Valladares se refiera al arbitraje en los términos en los que lo hizo tras finalizar el partido de su equipo en Pamplona. Y es que el gallego es de los que nunca busca excusas (y en esta ocasión tampoco lo hizo), ni levanta la voz con una palabra más alta que otra. Pero en esta ocasión es del todo comprensible tras el arbitraje que su equipo sufrió en casa de Osasuna y que le privó de la vitoria.
Los del Baix Maestrat, tras una semana de celebraciones tras el histórico triunfo en la Copa de España, no salieron bien al partido en Pamplona y fruto de ellos se vieron con tres goles de desventaja: 5-2. Pero ya para entonces las decisiones arbitrales eran del todo discutibles.
La remontada llegó a partir del minuto 25, en el que los azulones anotaron dos goles. El primero tras una jugada de Gauna que acabó en autogol local en el balón al área. Medio minuto después el propio internacional argentino anotó en un lanzamiento para dejara a su equipo a un gol. En el 27 igualaba Juanico .
Con empate a seis llegó la jugada que encendió definitivamente los ánimos peñiscolanos. Con 9 décimas por jugar y con saque de esquina a favor, Valladares pidió tiempo muerto. La pizarra salió ala perfección funcionó y Agustín Plaza marcó sin tiempo para más . Pero, a pesar de que las imágenes son clarísimas sobre la validez del tanto los colegiados pusieron el broche a una bochornosa actuación al indicar que el gol estaba fuera de tiempo.
Pese a la indignación mostrada por jugadores en redes sociales y las palabras del propio técnico gallego, Peñíscola se tuvo que conformar con un inmerecido empate. La ventaja sobre sus perseguidores queda en dos puntos y mañana martes reciben en el Juan Vizcarro al Palma futsal en la reedición de la reciente final copera