El Villarreal está decidido a hacer bueno el refrán de que "hasta el rabo todo es toro" en este inicio de temporada, y la prueba palpable de ello es que sus dos triunfos en estas primeras jornadas han llegado sobre el pitido final. Eso es en el tiempo añadido, en la última jugada del partido para ser más concretos.
En la segunda jornada disputada en cancha del Sevilla CF un gol del delantero tinerfeño, Ayoze Pérez, en el minuto 95 decidió el partido a favor de los groguets en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Tras sufrir durante gran parte de la segunda mitad y cuando el empate parecía ya inamovible, los castellonenses certificaban sobre la hora la primera victoria de la temporada.
El técnico Marcelino elogiaba el hecho de que su equipo buscase la victoria hasta el último suspiro: "siempre hay que mantener la ambición y el esfuerzo colectivo. La ambición se demuestra llegando al área rival con cuatro jugadores en el minuto 95, porque si no, no hubiéramos marcado ese gol", afirmaba tras el duelo en tierras hispalenses.
Pero el hecho dejó de tener carácter de anécdota tras repetirse tres días después y ante el Celta de Vigo. Con empate a tres en el marcador y con 8 minutos sobre el añadido, una jugada de Barry forzó un penalti que acabó por dar la victoria al "submarino". Un tanto de Dani Parejo en el 99 ’ puso el 4-3 en el marcador para dar tres nuevos puntos a los de La Cerámica
Lo cierto es que esta es una dinámica que da continuidad a lo sucedido en la pasada temporada. Con Marcelino en la banca y durante la segunda vuelta el Villarreal certificó los triunfos contra el FC Barcelona (3-5) en el Olímpico Lluís Companys, UD Almería (1-2) en el Power Horse, y Sevilla FC en La Cerámica (3-2) con goles en el tiempo extra. Del mismo modo, salvó un empate ante el Athletic Club en San Mamés (1-1) sobre la hora.