Su llegada al banquillo sirvió de revulsivo al conjunto amarillo al sumar 13 de los 15 primeros puntos que el conjunto castellonense disputó en liga con el nuevo técnico.
El hasta entonces técnico del filial, tomó las riendas del equipo en la séptima jornada y después de que, con Fran Escribá, tan solo hubiera sumado siete de los primeros 18 puntos.
Curiosamente, de no ganar en cancha del Athlétic, los números del actual Villarreal serían peores en este inicio de temporada que los de su predecesor. De todas formas el técnico llega avalado por la confianza que existe desde la directiva en su trabajo. Especialmente en liga donde, pese a tratarse de un año especialmente complicado a causa de las lesiones, clasificó al equipo amarillo en quinta posición: “Ha habido de todo un poco como en botica. La temporada pasada fue muy buena y se consiguió el objetivo de esta en Europa. Supimos superar la adversidades e ir de menos a más. Fue extraordinario. Este año no hemos comenzado bien, nos hubiera gustado que fuera diferente y tenemos que mejorar. Tengo seguridad en mí mismo, en el trabajo y en la plantilla de jugadores. Cuando veo el trabajo del club no dudo de que estaremos arriba”.
Peor fueron las cosas en Europa, donde cayeron apeados ante el Olympique de Lyon en la primera eliminatoria diputada, o en Copa del Rey, eliminados por el Leganés en octavos de fínal.