Lo tiene muy claro, hay que empezar a trabajar ya en la nueva realidad que ha dejado la pandemia en el mundo y la clientela solo irá a aquellos locales que le ofrezcan máximas garantías de seguridad, así lo asegura José Romero, gerente del Grupo La Guindilla, que se prepara para hacer una inversión de cerca de 100.000 euros en los 20 restaurantes que el grupo tiene en Castellón y Benicasim.
Este empresario castellonense se ha adelantado a los protocolos y las medidas que dicte el gobierno para comenzar a reorganizar sus propias salas y redactar su propio protocolo de lo que serán los restaurantes después del confinamiento. "Tendremos una sola persona encargada de servir cada mesa y recoger, habrá cubiertos de otro color para los platos a compartir y habrá dos turnos de comida y cena, para asegurar la reducción del aforo a la mitad", explica este empresario que esta semana instala cámaras fijas de detección de temperatura y no descarta poner una cabina de desinfección por la que pasen sus clientes antes de entrar en sala.
José Romero es optimista y asegura, a la espera de lo que diga el gobierno, que podrían empezar a abrir restaurantes entre el 6 y el 20 de junio, eso sí, con un nuevo orden que se especificará en hojas informativas a los clientes donde se dará instrucciones de cómo pedir o la normativa para ir al baño. El convid-19 dice, también cambiará el proceso y la organización en cocina para evitar la contaminación cruzada.