El Ayuntamiento de Énova ha denunciado la falta de un cajero automático en la localidad. Junto con Fortaleny son los dos únicos municipios de La Ribera sin este servicio bancario.
Esto se produce tras el plan contra la exclusión financiera impulsado por la Generalitat Valenciana para evitar el despoblamiento. A esto se añadió el cierre de la única sucursal en Énova hace aproximadamente un año y que obliga a sus vecinos a desplazarse a la localidad vecina de Manuel.
Esta situación dificulta la vida de las personas más mayores y también al comercio local que se ve perjudicado en las ventas por la falta de dinero en metálico.
Tomás Giner, alcalde de Énova, ha manifestado que se deben hacer políticas contra el despoblamiento más rigurosas y no dejar de lado otras cuestiones tan elementales.
Desde el consistorio esperan que se solucione pronto y optan por instalar el cajero en el edificio del Ayuntamiento.