El Servicio de Nefrología del Hospital General Universitario de Alicante ha incrementado de manera significativa en los últimos cinco años el número de consultas y la interacción con los centros de salud, con el fin de ofrecer una asistencia de calidad y mejorar los resultados en salud renal de la población que atiende, en torno a 500.000 ciudadanos de la ciudad de Alicante y la comarca de l’Alacantí, según ha indicado fuentes del Hospital General.
Así, las consultas médicas virtuales entre este Servicio y Atención Primaria han aumentado cerca de un 500 por ciento, pasando de realizar algo más de 200 en 2015 a 1.150 en el último año. Asimismo, se ha potenciado la actividad general de consultas externas, tanto médicas como de enfermería, con un total de 18.309 consultas el año pasado, lo que ha supuesto un incremento del 46 por ciento con respecto a los años precedentes.
Esto se complementa con un 38 por ciento más de interconsultas, es decir, de atenciones a pacientes renales que se encuentran hospitalizados en otros servicios, que ascendieron el año pasado a un total de 1.310.
Estos datos de actividad son el fruto del esfuerzo de un equipo de médicos de Atención Primaria, nefrólogos y enfermería nefrológica, que está incidiendo en los resultados en salud renal de los pacientes. De este modo, los ingresos de los últimos cinco años se han mantenido estables a pesar del envejecimiento de la población, se han reducido los días de ingreso un 3 por ciento y, lo que es más importante, la mortalidad de los pacientes ingresados ha descendido un 25 por ciento.
“Más que a recientes mejoras terapéuticas, consideramos que el descenso de mortalidad se debe a la potenciación del trabajo en consultas externas y consultas virtuales con Atención Primaria, que han reforzado la continuidad asistencial y la interrelación entre equipos complementarios, facilitando un mejor control de la enfermedad renal en nuestra población”, ha subrayado el doctor Francisco Javier Pérez Contreras, jefe del Servicio de Nefrología y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nefrología.
Precisamente, el objetivo principal del Día Mundial del Riñón (que se celebra cada 11 de marzo) es concienciar a la población general sobre la elevada frecuencia de la enfermedad renal, un proceso grave que en muchos casos obliga a iniciar diálisis o realizar un trasplante de riñón y que tiene gran influencia en términos de calidad de vida, costes de salud y aumento de mortalidad.
La enfermedad renal crónica puede diagnosticarse fácilmente a pesar de que en muchos casos no ocasiona síntomas hasta fases muy avanzadas. “Una persona puede perder hasta el 90 por ciento de su función renal antes de percibir algo, pero la enfermedad puede detectarse muchos años antes con análisis sencillos de sangre y orina. Esta detección precoz es clave para prevenir la progresión del proceso”, ha señalado.