Desde 2019 el sector turístico de la Comunidad Valenciana no se preparaba para una temporada otoño invierno. La necesidad de operar, de generar actividad e ingresos después de dos años de inactividad ha impulsado a la oferta hotelera y de alojamiento turístico a impulsar las aperturas hasta niveles máximos. No olvidemos que el sector ha aprovechado el patrón de la pandemia para hacer sus deberes en cuanto a reforma de instalaciones y modernización de establecimientos, por lo que se encara la temporada con el menor nivel de cierres por obras desde que Hosbec confecciona esta estadística.
Prácticamente los cierres obedecen a establecimientos que son tradicionalmente estacionales y que cierran de forma habitual durante la temporada baja. Las provincias de Alicante y Valencia son en las que mayor planta hotelera y turística permanecerá abierta, rozando el 90%, aunque núcleos tan demandados como la ciudad de Valencia operará al 100%. La mayor tasa de estacionalidad se registra en Castellón, pero aun así 2 de cada 3 plazas hoteleras se mantendrá abierta durante la temporada baja.
Desde Hosbec se destaca el trabajo que realiza Turisme Comunitat Valenciana sobre todo con el programa Bono Viaje, extendido al año 2023 y con el apoyo a los hoteles del Imserso. Ambas iniciativas, ampliamente aplaudidas por el sector, contribuyen a estos datos de aperturas y serán decisivos para los datos de ocupación. No nos olvidemos que el 25% de los turistas en la Comunitat Valenciana son los propios valencianos.
Sobre ellos se proyecta además la sombra de la tasa turística, que continúa su tramitación parlamentaria y que es completamente contradictoria con las políticas de estímulo y de apoyo fiscal en la actual situación económica tan complicada después de dos años de parálisis sanitaria. Aunque el sector confía en la temporada, sobre todo por el tirón de los mercados internacionales, la sombra de la inflación, de la recesión económica y de la crisis energética son ahora mismo los factores que más preocupan.