informe de 2024

Cáritas Alicante: "aumenta la gravedad y la complejidad de las situaciones de exclusión"

La organización humanitaria advierte de un aumento de la "fractura social"

Europa Press

Alicante |

Los asistentes a la rueda de prensa
Los asistentes a la rueda de prensa | Europa Press

Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante ha presentado su memoria de actividad correspondiente al año 2024, marcada por "dos grandes realidades" en la vida de miles de personas con vulnerabilidad: la exclusión residencial y la situación administrativa irregular. Asegura que ambos factores, "estrechamente relacionados", están generando una "cronificación de la pobreza y una fractura social cada vez más difícil de revertir".

De hecho, ha informado de que su acción caritativa en el año pasado "ha estado marcada por una creciente complejidad social y un contexto estructural cada vez más desafiante" y que ha intensificado su "compromiso" con "quienes viven al margen del sistema, ofreciendo no solo ayuda material, sino acompañamiento, escucha y caminos reales hacia la autonomía".

En la presentación de su memoria anual, la institución ha compartido datos y acciones y, al mismo tiempo, ha hecho una "llamada a la esperanza, que se hace visible en su nueva campaña institucional", según ha señalado el Obispado de Orihuela-Alicante en un comunicado.

El contenido del informe lo han dado a conocer este jueves el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla; el director de Cáritas Diocesana, Víctor Mellado; el secretario general, Javier Ruvira, y el delegado episcopal, Joaquín Carlos.

Más de 15.700 personas atendidas

Durante el año 2024, Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante ha acompañado a 15.721 personas de manera directa y ha alcanzado a un total de 27.891 personas beneficiarias a través de su red de proyectos, centros, servicios y, "especialmente, gracias al trabajo" de las 137 delegaciones de Cáritas parroquiales de la diócesis.

Este dato, aunque representa un descenso del 9,27 por ciento respecto al año anterior, "no implica una reducción del impacto ni del esfuerzo realizado", sino "al contrario", porque, según la entidad, "los perfiles de las personas atendidas evidencian un incremento en la gravedad y complejidad de las situaciones de exclusión, que requieren más tiempo, recursos y personal técnico para un acompañamiento integral y sostenido". Añade que esta situación ha conllevado el aumento del 53% de las ayudas económicas prestadas por Cáritas.

El perfil de estas personas refleja una "sociedad fracturada", en la que "más del 66,74% son de origen extranjero no comunitario y, dentro de este grupo, más de 5.665 personas (el 54%) se encuentran en situación administrativa irregular, lo que supone una de las formas más invisibilizadas y dolorosas de exclusión".

"Sin posibilidad de acceder legalmente al empleo ni a una vivienda estable, estas personas viven atrapadas en un limbo jurídico y social que bloquea su desarrollo y las somete a una vida sin derechos plenos", ha añadido.

"Feminización de la pobreza"

Además, el 66,3% de las personas atendidas fueron mujeres, "lo que visibiliza la feminización de la pobreza y la sobrecarga que muchas mujeres soportan como cuidadoras, sostenedoras del hogar o víctimas de violencias estructurales".

Por grupos de edad, también destacan las familias con menores, personas jóvenes en busca de oportunidades laborales y mayores en situación de abandono o precariedad.

Según Cáritas, el hecho de que hayan descendido ligeramente las cifras globales de atención, mientras aumentan "significativamente" las ayudas otorgadas, refleja "un cambio cualitativo en el tipo de intervención social, más centrada en procesos integrales, planes personalizados y acompañamientos a largo plazo que buscan no solo aliviar necesidades puntuales, sino abrir caminos de transformación personal y social".

La vivienda: "cada vez más inaccesible"

La memoria anual de Cáritas también destaca que "el acceso a una vivienda digna se ha convertido en uno de los mayores retos sociales de la provincia de Alicante, y en una de las principales causas de exclusión", ya que resulta "cada vez más inaccesible".

Y advierte de que "el problema ya no afecta solo a las personas sin hogar o con ingresos extremadamente bajos, sino también a familias con empleo precario, personas migrantes, mujeres solas con menores a cargo y jóvenes que no pueden emanciparse".

En todos estos casos, ha continuado la entidad, "el alto coste de los alquileres y la escasa oferta de vivienda asequible están dejando fuera del sistema a miles de personas, abocándolas a situaciones de inseguridad habitacional o de hacinamiento".

Así, durante 2024, Cáritas ha destinado 586.605 euros a ayudas al alquiler, lo que representa un incremento del 45% respecto al año anterior, y se han canalizado desde las Cáritas Parroquiales y los proyectos de inclusión.

Afirma que estos respaldos "han permitido evitar desahucios, facilitar el acceso a una habitación o vivienda en alquiler o hacer frente a deudas acumuladas". Sin embargo, ha insistido la institución, "estas respuestas puntuales, aunque necesarias, no son suficientes", y ha lamentado "la falta de políticas públicas efectivas, el encarecimiento del mercado y la inexistencia de un parque de vivienda social significativo", que "están agravando una emergencia estructural".

"Cada vez más familias se ven obligadas a destinar más del 35% de sus ingresos al pago del alquiler, superando el umbral máximo recomendado por los organismos internacionales. En el caso de muchas de las familias que acuden a Cáritas en busca de ayuda, ese porcentaje alcanza el 80%", ha detallado.

Asevera que "esta sobrecarga económica deja a muchas personas sin margen para cubrir otras necesidades básicas como la alimentación, la salud o la educación" y que "el mercado de alquiler de habitaciones, que se ha convertido en la única opción para muchas personas migrantes o en situación irregular, está saturado y presenta condiciones habitacionales precarias, con precios desorbitados y una alta concentración de personas por vivienda".

"Apuesta clara por políticas públicas"

Cáritas insiste en que "el derecho a la vivienda no puede depender del nivel de renta", por lo que ha reclamado "una apuesta clara por políticas públicas que garanticen el acceso a un hogar digno para todas las personas, especialmente para quienes se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad".

Mientras, la institución ha afirmado que continúa ofreciendo "acompañamiento personalizado, ayudas económicas y procesos de inclusión, que, aunque limitados, tratan de sostener la dignidad de quienes no encuentran un lugar donde rehacer su vida". "La vivienda, más que un bien de consumo, es la base sobre la que se construyen los proyectos vitales. Sin ella, todo se tambalea", ha enfatizado.

Inclusión y sinhogarismo

Según Cáritas, "el trabajo por la inclusión se consolida como uno de las más relevantes y con mayor impacto, no solo por el número de personas atendidas, sino por la intensidad, complejidad y dureza de las situaciones".

Durante 2024, ha acompañado a 772 personas en situación de sinhogarismo, "una cifra que engloba no solo a quienes viven en la calle o en alojamientos de emergencia, sino también a quienes residen en infraviviendas, habitaciones alquiladas sin condiciones mínimas o se encuentran en una grave inseguridad habitacional".

En este sentido, ha concretado que esta realidad "afecta especialmente a hombres (81,09%), pero también a un porcentaje significativo de mujeres (18,91%), muchas de ellas víctimas de violencia o abandono, con perfiles cada vez más deteriorados física y emocionalmente".