Un enorme dispositivo policial con más de 600 agentes se ha desplegado en las inmediaciones del mítico colegio mayor San Juan Evangelista para desalojar y controlar a los okupas que, una vez expulsados, se agolpaban en la zona exigiendo explicaciones y manifestando su indignación ante lo sucedido.
El desalojo se ha saldado con escasos incidentes y con ochenta detenciones, la mayor parte de ellas por infracción de la ley de extranjería.
"Ya han conseguido lo que querían: echarnos a la puta calle. Muchas gracias España, muchas gracias Gobierno", chillaba una chica de nacionalidad dominicana que llevaba siete meses alojándose en el colegio.
"Han entrado sin avisar a las cuatro de la mañana, han empezado a tirar las puertas abajo y a ponernos en el suelo, sin poder hablar entre nosotros, que parecíamos unos presos", ha denunciado encolerizada, mientras se lamentaba por no tener dónde ir.
Otra joven, de apenas veinte años, criticaba que el Samur Social iba al colegio únicamente a pasearse, que no respondía a sus peticiones y que nadie recibía ninguna de las ayudas por parte del estado que les corresponderían.
Uno de los momentos de mayor nerviosismo se ha desatado cerca de las once de la mañana, cuando los agentes han comunicado a los okupas que hasta el viernes no podrían acceder de nuevo al colegio a recoger sus cosas, ante las quejas de los allí congregados que reclamaban recuperar sus pertenencias hoy mismo.
"Nos echan, no nos dan ninguna solución y encima no nos dejan llevarnos nuestras cosas, también somos personas", han subrayado.
Lis, española de 24 años, ha reconocido que ayer le comentaron que hoy les iban a desalojar pero que no se lo creyó porque todos los meses les dicen lo mismo.
"Esto ha sido por Francia, porque aquí hay muchos moros y esperaban encontrar de todo, pero no han encontrado nada, solo a gente viviendo y algún que otro porrillo...", ha asegurado la joven.
Entre tanto, en la madrileña calle Gregorio del Amo, cortada al tráfico durante toda la mañana en la zona del 'Johnny', se repetían los gritos contra el Gobierno y el Ayuntamiento. "No os va a votar ni Dios", amenazaban, mientras algunos salían en defensa de la alcaldesa: "No es culpa de Carmena, ¿qué puede hacer la mujer? No es la presidenta".
En lo que han coincidido todos es en calificar el desalojo de desgracia, dado que el colegio se había convertido en su hogar, "Era como un vecindario" han comentado, y que ahora muchos de ellos no tienen a donde ir. "Mejor llevadnos presos, sí, así tendremos alojamiento gratis", han llegado a espetarle a la policía.