Se trata de una investigación, liderada por el Hospital público 12 de Octubre y en colaboración con el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, que representa un paso significativo hacia una medicina más personalizada y eficaz en el tratamiento de enfermedades hematológicas crónicas.
Para entender la importancia de este proyecto, nos tenemos que remontar 15 año atrás, cuando se descubrió que una variante de riesgo genético aumentaba en un 30% la probabilidad de padecer un grupo de enfermedades raras que se llaman neoplasias mieloproliferativas. Hablamos de un grupo de enfermedades crónicas que a la larga pueden progresar a fases agresivas como mielofibrosis o leucemia aguda.
Lo que nadie había descrito hasta ahora era el mecanismo, explicar por qué se incrementaba el riesgo. Ahora esta investigación liderada por el 12 de Octubre ha conseguido dar respuestas a tantos interrogantes. Se ha descubierto, estudiando las interacciones entre genes, que esta variante incrementa los niveles de una proteína llamada PDL-1 que lo que hace es deprimir el sistema inmune y dispara el desarrollo de la enfermedad.
Este hallazgo permitirá la aplicación de fármacos anti PD-L1 que ya se usan para enfermedades como el cáncer de pulmón o linfomas. “Estos fármacos son eficaces y se toleran muy bien. Cuando el paciente adquiere la mutación de la enfermedad, al principio tiene poca carga tumoral, menos síntomas y puede tardar años en progresar a fases terminales, como leucemia aguda o mielofibrosis, que son las que disminuyen la supervivencia y calidad de vida. Esta investigación abre la puerta al uso de estos fármacos en estas patologías", según explica el hematólogo e investigar del 12 de Octubre, Gonzalo Carreño.
Por su parte, el Dr. Miguel Manzanares, investigador del CBM y uno de los autores del estudio, destaca: “Este trabajo es un ejemplo de cómo la investigación básica en biología molecular puede tener un impacto directo en la comprensión y posible tratamiento de enfermedades humanas. Hemos identificado una interacción genética funcional que no solo explica un riesgo clínico, sino que además abre nuevas perspectivas terapéuticas”.
Las neoplasias mieloproliferativas crónicas son enfermedades tumorales de la célula madre hematopoyética en las cuales se produce una proliferación anómala de las células de la sangre. En consecuencia, los pacientes tienen muchas plaquetas, muchos glóbulos rojos o se les fibrosa la médula ósea con lo cual tienen complicaciones como el aumento del riesgo de trombosis, síntomas constitucionales como pérdida de peso y sudoración, picores que no se controlan bien y a la larga complicaciones como el desarrollo de leucemia aguda o mielofibrosis.
Los investigadores advierten que será necesario validar estos resultados en modelos animales y ensayos clínicos antes de incorporar estos tratamientos a la práctica clínica habitual. Para el doctor Carreño “estamos ante un gran avance en el conocimiento del porqué se producen estas enfermedades y, sobre todo, ante una oportunidad de buscar nuevas dianas terapéuticas en estos pacientes”.
El trabajo ha sido publicado por la revista Blood, la publicación científica con mayor impacto mundial en el ámbito de la Hematología.