Dice la Organización mundial de la Salud que un adulto no debería superar los 5-6 gramos de sal al día, que equivalen a unos 2 gramos de sodio. Recomendación que nos pasamos por los bajos del mantel porque según los datos de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) en España consumimos por encima de los 10-11 gramos diarios y eso nos termina pasando factura, no en vano asegura su presidenta, Nieves Martell, que si nos quitáramos un gramo de sal al día se evitarían unas 2.000 muertes y unos 13.000 accidentes cardiovasculares cada año.
Sobra decir que si uno tiene la predisposición genética a la hipertensión debe controlar mucho la ingesta de sodio, aunque, sin ánimo de alarmar, aunque las cifras asusten, todos deberíamos hacerlo y no solo porque la sal hace que retengamos líquidos y nos veamos más hinchados. La sal no engorda. Retiene líquidos y salvo que uno tenga una perfecta predisposición a eliminarlos, la acumulación va a hacer que nos veamos con más volumen.
¿Por qué es tan malo el exceso de sal?.. Pues porque cuando los niveles de sodio son altos los riñones lo expulsan a través de la orina pero cuando son excesivos y por alguna razón no lo pueden eliminar, lo que hacen es acumularlo en la sangre y cuando esto pasa, como el sodio retiene agua, la sangre aumenta su volumen y se dispara la presión sobre las arterias originando problemas cardiovasculares.
Comemos demasiada sal pero lo más increíble es que, en contra de lo que muchos pensábamos, el salero no es el mayor de los culpables. El salero solo es responsable del 20% del sodio que ingerimos, el restante 80%, y este es el peligroso, proviene de los alimentos procesados ya que el sodio es un gran conservante que se utiliza en multitud de alimentos. Alimentos, por cierto, que no tienen por qué tener sabor salado. Embutidos, encurtidos, conservas, congelados, sopas, quesos curados, algunas aguas embotelladas, en especial las que tienen gas, jamón york, pavo frio, pan, repostería….etc. La lista es eterna porque a todo le echan sodio, incluso a los dulces.
En las etiquetas de los alimentos vienen los gramos de sodio. Pero para saber a cuanta sal equivale cada gramo de sodio y no sobrepasar los 5 gramos recomendables al día, tienes que multiplicarlo por 2´5 y el producto te dará la sal que tienen.
El organismo necesita sal entre otras cosas, para regular los fluidos del cuerpo pero como en todo, en el equilibrio está la virtud. No te pases. Protege las arterias comiendo más alimentos frescos, como frutas y verduras. Lee las etiquetas de los alimentos y fíjate si tienen un porcentaje de sodio muy alto. Controlar la ingesta de salsas como soja, kétchup, mostaza, etc. Y si no tienes más opción que comer conservas quítales el líquido para bajar un poco el nivel de sodio. Reducir el consumo de sal no es fácil porque las papilas gustativas se han acostumbrado y cuando falta, parece que la comida no sabe a nada. Pero puedes hacerlo. No de golpe, pero si poco a poco.
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Mil besos
