El Barcelona se sobrepuso a las importantísimas bajas con las que afrontaba el choque, acrecentadas a última hora por la ausencia del danés Andreas Christensen que dejaron al equipo muy mermado de efectivos. Es cierto que afrontó el choque con más conservadurismo de lo habitual y perdiendo protagonismo en el control de la pelota. Incluso me atrevería decir con cierta sensación de inferioridad ante el rival. Teniendo en cuenta lo condicionado que llegaba.
La salida de los blancos fue bastante buena y los primeros 20 minutos hicieron intuir un encuentro muy complicado para el Barcelona..
Pero apenas creó oportunidades, apenas consiguió lanzamientos claros sobre la portería de Ter Stegen gracias a un sistema defensivo que funcionó a la perfección.
Araujo cada día se acerca más a ser el mejor central del mundo y un valladar inexpugnable.
Vinícius tuvo pesadillas con él, hasta el punto de que al final del partido tuvo que cambiar de banda para tratar de tener algo de protagonismo que le había negado constantemente el zaguero uruguayo . Junto al sudamericano destacó considerablemente la actuación como central del frances Koundé que se multiplicó y estuvo en todos los sitios que le necesitaba el equipo.
Posiblemente el francés cuajó si no su mejor actuación, Uno de sus mejores actuaciones desde que viste de Blaugrana. Los otros dos miembros de la zaga tuvieron actuación más que brillante.
Inconmensurable Marcos Alonso afianzándose en el puesto y jugando con la tranquilidad que requería el encuentro. Balde estuvo menos ofensivo que de costumbre porque el partido lo requería pero guardó perfectamente su banda y apenas dió concesiones al rival.
Donde peor estuvieron las cosas fue en el centro del campo.
El dato terrorífico de posesión del Barcelona de tan solo el 35 % demuestra claramente que no tuvo el control de la pelota y que sufrió en demasía la superioridad numérica de los blancos en la zona ancha del campo.
A pesar de todo, destacó el partido de Kessie y por supuesto de un Frenkie de Jong, que cada día se afianza más y muestra una mayor regularidad. En el ataque estuvieron muy huérfanos los dos jugadores en especial Raphinha muy gris y desacertado al que apenas le salió casi nada, pero fue generoso en el esfuerzo y trabajó en la presión y en la recuperación de balones ayudando como un defensa más y un día como ayer era muy importante. Me gustó Ferran Torres, que llevó el mayor peligro del equipo y que fue clave en la jugada del tanto Blaugrana, al aguantar perfectamente la pelota y asistir en la entrada del marfileño que se quedó de cara al Marco blanco. Y ahora llegará el debate de que el Barcelona ganó traicionando al estilo, perdiendo el control de la pelota, sin ser el protagonista y cediendo el dominio del balón.
Y es cierto que no son los cánones habituales por los que suele ganar el Barcelona, pero a estas alturas de la temporada y en un partido como este rasgarse las vestiduras por una excepción que no debe salirse de la regla de lo que pretende ser el estilo de juego del Barcelona y del propio Xavi Hernandez o a mí me lo parece excesivo .
Si en el deporte se trata también principalmente de ganar ayer lo era más, la confianza que recibido el grupo, el golpe anímico para el Real Madrid y la sensación durante 90 minutos que los blancos fueron incapaces de chutar ni una sola vez a la portería de Ter Stegen.
El disparo más peligroso fue el lanzamiento de Rodrigo en la recta final del encuentro que se marchó a 1 m del Marco del alemán.
Algunos nunca estarán contentos otros sin embargo siempre son positivos y lo de ayer deja mucho más de positivo que de negativo.
Allá quien quiera ver siempre todo lo malo. El Barcelona puso pie y medio en la finalísima de su torneo la copa del rey y se acerca a un gran doblete.