Siempre se dice que es una mala noticia cuando se cierra una empresa.
Porque son muchos los trabajadores que pierden su puesto de trabajo y que pasan a engrosar la lista del paro en unos tiempos difíciles. La confirmación ayer de la no renovación del contrato del Barcelona con Telefonica y por tanto la no continuidad del canal televisivo del fútbol club. Barcelona es una pésima noticia para los trabajadores, para la imagen del club y por supuesto también para los socios y aficionados, que tenían un vehículo de información importante e interesante de todas las noticias que acontecían en su club.
Es evidente que los negocios para funcionar deben ser rentables y por tanto no tener un coste para mantenerlos, pues de lo contrario no son interesantes.
Y aquí algo falla porque el producto es lo suficientemente atractivo como para llamar la atención de inversores, anunciantes y patrocinadores y como para que fuera autosuficiente y se gestionara sin generar pérdidas. Se habla de unas cifras en torno a los 8 millones de euros anuales que tal y como está la economía del club es entendible que se intenten cortar para poder mantener la subsistencia y la competitividad del Barcelona. Pero, además de todo ello, no hay que olvidar que a través de Barća televisión, el club podía lanzar sus diferentes contenidos y mensajes a los aficionados, algunos de ellos muy importantes con la seguridad y certeza de que iban a llegar a un público masivo y sobre todo interesado en informaciones en Azulgrana.
Perdemos todos y por supuesto pierden mucho los muy válidos Compañeros del canal televisivo que durante tantos años desde 1996 han estado luchando para ofrecer el mejor producto.
Siempre ha estado allí donde estaba representado el Barça y nos han llevado las imágenes de los momentos y de los lugares más recónditos que ha vivido la institución la situación económica del Barça es muy precaria y muy preocupante y al final pagan justos por pecadores.
Si ha tirado mucho dinero en cosas absurdas, que ahora se van conociendo como el BarçaGate o el caso Negreira, dinero excesivo con el que a buen seguro se habrían podido pagar otras muchas cosas entre ellas un buen servicio televisivo un canal como el que había que con ese dinero habría sobrevivido algunos años más.