La mayor potencia de Europa podría estar al borde de una nueva crisis. El último trimestre del 2022, el producto interior bruto (PIB) de Alemania cayó un 0,2% y si en el primer trimestre del 2023 vuelve a bajar, la economía germana entraría en, lo que los economistas llaman, recesión técnica. Un escenario que han contemplado distintos organismos y analistas después de analizar varios datos.
La Oficina Federal de Estadística (Destatis) ha realizado una reedición a la baja del crecimiento global del PIB alemán del 2022. Se esperaba que creciera un 2%, mientras que al final ha informado de un crecimiento del 1,8%, especialmente por los malos datos del último trimestre.
¿Y qué indica una posible recesión en la mayor economía de la eurozona? Los famosos índices PMI, que muestran el comportamiento de la actividad empresarial. Un 30% tienen en cuenta las nuevas comandas, un 25% si aumenta o baja la producción, un 20% los datos de ocupación, un 15% el plazo de entrega de proveedores y un 10% las compras.
Los datos de los PMI hacen pensar a los economistas que este trimestre Alemania no tendrá crecimiento. El consumo privado, igual que en otros grandes países, está afectado por la subida de los precios que continúan a niveles históricamente elevados.
Por otro lado, los PMI de enero, evidencian una caída de las manufacturas por la disminución de las comandas. Y, finalmente, la economía alemana debe digerir la política de las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). Esto encarece el acceso a los préstamos y créditos tanto a particulares como a empresas y, por lo tanto, muchas inversiones no se lleven a cabo.