En noviembre de 2017 saltaron las primeras alarmas, cuando agentes del Seprona de la Guardia Civil retiraron un cable de acero que atravesaba de lado a lado una senda en el término municipal de Bernardos.
Tristemente la noticia no solo se repite ahora, sino que la acción contra este colectivo se ha intensificado peligrosamente en las últimas semanas.
Ramas de árboles, troncos, piedras y alambre de espino han sido colocados de forma intencionada en los últimos días y suponen un grave peligro para la integridad física de los deportistas. Además, son colocadas en zonas rápidas de bajada, donde el posible daño causado puede ser mucho mayor por la propia inercia de la misma y el menor tiempo de reacción del ciclista.
Desde los clubes ciclistas denuncian que la semana pasada una prueba de ámbito nacional con todos sus permisos en regla era boicoteada y tuvo que modificar su recorrido tras varias noches "bastante movidas".
Desde Carbonerobike y demás clubs y asociaciones de la zona advierten que esta situación que supone un grave peligro para la libre circulación de bicicletas de montaña por pistas y senderos que atraviesan espacios públicos, al mismo tiempo que esperan no tener que lamentar posibles consecuencias en forma de caídas.