Están vendiendo sus productos a precios oficiales de 2010 mientras los costes de producción, como los fertilizantes o los carburantes, han subido más del 50%. Este año la cosecha, a falta de ver cómo evoluciona en las próximas semanas, se aventura buena, pero no llegará a compensar la bajada de precios que están sufriendo los agricultores españoles.
La situación se agrava más con una presión normativa creciente con políticas medioambientales mal adaptadas al medio rural o la competencia desleal derivada de la masiva entrada de cereal ucraniano a bajo precio.

