De los nueves caza enjambres que han sido colocados en la ciudad, dos de ellos, el situado en el Paseo del Salón y el de la rotonda de la Columna de los Sueños (La P), “ya han sido ocupados por enjambres”, comentó el concejal de Medio Ambiente, Juan Antonio Marcos. Una medida implementada desde el Consistorio el pasado mes con el objetivo de “evitar salidas innecesarias a los bomberos y trasladar los enjambres constantemente”, recordó Marcos.
Los enjambres es la forma de reproducirse de las abejas cuando se encuentran con fuerza y, si la colonia es fuerte, la colmena crea nuevas reinas y unos días antes de nacer esta nueva reina, la vieja sale de la colmena con gran parte de las abejas que la ocupan.
Está situación suele darse en primavera, cuando el campo está repleto de alimento para ellas. Es entonces cuando buscan nuevo hogar y donde los caza enjambres cumplen su función. Los caza enjambres se colocan con anterioridad a esta situación para que las abejas pecoreadoras y exploradoras conozcan la ubicación de un lugar de vivienda en caso de que lo necesiten.
De este modo, los enjambres que abandonan la colmena madre pueden ser muy grandes, conocidos como primarios, donde va la reina fecunda que vivía en la colmena; o bien, más débiles con reinas recién nacidas sin fecundar. Estos últimos se llaman secundarios y salen de la colmena después del primario cuando nacen varias reinas. “Hasta que no retiremos los caza enjambres y los traslademos al colmenar, no sabremos si lo que tenemos en Palencia son primarios o secundarios”, indicó el edil.
La Asociación Palentina de Apicultores (APA), encargada de la instalación y el mantenimiento de los caza enjambres, mantiene suscrito un convenio con los Bomberos de Palencia para la recogida de enjambres espontáneos que sean retirados en la ciudad en el ejercicio de sus competencias y su posterior traslado al colmenar de la Asociación. Una vez trasladados a su nueva ubicación, “se les alimenta y se les trata contra la varroa” comentó el presidente de la Asociación, Julián Caballero. Este ácaro es el principal enemigo de las abejas.
