El primer paso en este camino es el diagnóstico de la situación actual en Valdepeñas y para ello se ha realizado la identificación y mapeo de todos los espacios verdes: zonas forestales, parques y jardines públicos, huertas, zonas grises con escasa vegetación, incluso solares abandonados. También de los entornos naturales del término municipal, como El Peral y Las Aguas.
Un análisis del que, mediante ortofotos y trabajo de campo, se extraen ya resultados interesantes. Se han inventariado más de 7 700 árboles de 38 especies diferentes, con una altura media de 5 metros del arbolado urbano y más del 50% son ejemplares jóvenes. Enrique Soria, técnico de proyectos de FIRE.
Soria explica que no han hallado ningún árbol singular, pero sí localizado ejemplares notables que, por su porte, edad y otras características, deberían protegerse, como pinos y tejos del Parque Cervantes, unas moreras en el Paseo de la Estación, los plátanos de El Peral y un cedro y un abeto en Las Aguas.
También han realizado muestreos de aves, detectando hasta 24 especies distintas en el casco urbano.
Ahora es el turno de analizar carencias y necesidades para empezar a plantear propuestas como la sustitución gradual de especies exóticas invasoras por otras autóctonas, el enriquecimiento botánico del área urbana o la mejora del estado de conservación de las zonas verdes y ajardinadas.
Desde FIRE señalan que sus recomendaciones ya se tienen en cuenta por parte del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, promotora de este Plan de Renaturalización de Valdepeñas, en colaboración con la Fundación para la Restauración de Ecosistemas.
Todas estas medidas tienen como objetivo convertir Valdepeñas en un ecosistema funcional, con una rica biodiversidad de flora y fauna y, sobre todo, climáticamente inteligente.