Ya son unas 2 000 cabras que se sacrificarán en las comarcas de Manzanares, Valdepeñas y Campo de Montiel

Los ganaderos de caprino empiezan a plantearse el abandono

No pueden hacer frente a la reposición de las cabezas de ganado sacrificadas por la tuberculosis. El sector pide inversiones en investigación para detectar la enfermedad de forma precoz, encontrar tratamientos y, sobre todo, pruebas de la tuberculosis fiables. En algunos casos, hasta el 90% de las cabras examinadas tras su sacrificio están sanas.

Mª Ángeles Díaz Madroñero

Valdepeñas | 16.09.2021 14:59

Más de un tercio de las explotaciones ganaderas de caprino de las comarcas de Valdepeñas y Campo de Montiel podrían desaparecer en los próximos meses debido a las pérdidas por el sacrificio de animales, provocado por la aparición de casos de tuberculosis en cabras.

Aunque por cada positivo confirmado tras la muerte reciben una media de 80 euros por animal, esa cantidad no compensa los gastos de transporte o destrucción de cadáveres de las cabezas de ganado enfermas, y muchos no pueden hacer frente a las fuertes inversiones que supone reponer las cabezas de ganado.

José García de Mateos, con una explotación de caprino en Valdepeñas afectada por este problema, habla en nombre del sector.

Alrededor de 2 000 animales, de ganaderos de Manzanares, Valdepeñas y Campo de Montiel, irán al matadero y todavía hay algunas explotaciones donde faltan por realizar las pruebas. Sobre el mes de octubre está previsto que se inicie una segunda vuelta para someter a las cabras a un nuevo análisis y, donde se detectaron casos la primera vez, es normal aparezcan nuevos casos de tuberculosis.

Un duro golpe para las explotaciones ganaderas, algunas mixtas de ovejas y cabras podrían tener continuidad, para otras podría suponer la baja definitiva, explica García de Mateos.

Los ganaderos piden a la Administración que se dediquen fondos para detectar la enfermedad de forma precoz, se busquen tratamientos que eviten medidas drásticas y, sobre todo, pruebas de la tuberculosis fiables. En algunos casos, hasta el 90% de las cabras examinadas tras su sacrificio están sanas.