El número de parejas de ejemplares de esta especie que vuelven cada temporada a esta comarca para ocupar los territorios tradicionales de cría ha descendido un 70% desde principios de este siglo.
Y en las últimas tres campañas, desde que la Fundación FIRE monitorea las poblaciones que anidan en la zona, se ha reducido a la mitad, como explica el ornitólogo al frente del proyecto, José Guzmán .
Guzmán lleva más de tres décadas dedicado a la conservación y el estudio de las aves y sus hábitats y reconoce que es "impactante asistir en vivo y en directo a la desaparición de la especie". Acepta esa posibilidad, aunque todavía apuesta por luchar para recuperar al aguilucho cenizo en Campo de Montiel.
Por eso se ha apostado por el hacking o cría natural para los únicos tres pollos de aguilucho cenizo rescatados este año, para esta técnica de reintroducción se ha elegido un lugar seguro, una finca de titularidad pública donde se inicia esta experiencia con la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
El experto ornitólogo afirma, de forma contundente, que el declive de estas rapaces solo se puede frenar e intentar revertir con el diseño de un plan de choque por parte de la Administración competente, que incluya la aprobación de dotaciones económicas destinadas a medidas concretas y la protección sistemática de los nidos.
Para que el aguilucho cenizo siga anidando en Campo de Montiel, insiste José Guzmán, es imprescindible poner el foco en esta especie como antes se ha hecho con otras como el águila imperial o el lince ibérico.
