El doctor Caminero, experto en la enfermedad, señala que esta premisa también es aplicable al diagnóstico en animales

90 de cada 100 casos positivos por tuberculosis son “contagiados sanos”

En una entrevista concedida a Onda Cero, José Antonio Caminero, reputado neumólogo y especialista en tuberculosis, asegura que no existe ningún riesgo para las personas en el consumo de carne o productos lácteos de animales sacrificados tras dar positivo en tuberculosis.

Mª Ángeles Díaz Madroñero

Valdepeñas | 23.11.2021 15:21

En el caso de la leche, tradicional vía de contagio de esta enfermedad, el doctor Caminero señala que esa posibilidad se elimina con el proceso de pasteurización. A consumo humano se destinan aquellos animales que no presentan signos visibles de tuberculosis, en este sentido el especialista en neumología afirma que esto es así porque, al igual que en las personas, se trata de animales sanos.

Esto se explica, apunta el doctor Caminero, porque 90 de cada 100 casos positivos por tuberculosis son “contagiados sanos”, han superado la enfermedad y generado anticuerpos, estos últimos son los que aparecen en los controles serológicos.

En el caso de la tuberculosis en cabras en la provincia de Ciudad Real, entre el 15 y el 18% de las sacrificadas tras dar positivo en las pruebas tienen afectados los ganglios o los pulmones cuando se les hace la necropsia, un porcentaje que se calcula a partir de las muestras analizadas, entre 4 y 5, que se cogen por grupo de animales de cada una de las explotaciones ganaderas afectadas cuando van al matadero. Un ejemplo concreto, 318 cabras dieron positivo y se sacrificaron, solo 8 se decomisaron para que no llegaran a la cadena alimentaria.

Para José Antonio Caminero, que desde hace más de treinta años ejerce como neumólogo en el Hospital ‘Doctor Negrín’ de Las Palmas de Gran Canaria y está al frente de la Unidad de Tuberculosis en este centro sanitario, la cuestión es que a las personas se les realizan pruebas complementarias para confirmar si tienen la enfermedad en ese momento, mientras que en las cabras y en otros animales se procede directamente a su sacrificio.

Sobre la necesidad de pruebas específicas para la detección de tuberculosis en las cabras, el reputado especialista dice que es muy complicado desarrollarlas, incluso para los humanos. Además, en su opinión profesional, no aumenta tanto el porcentaje de fiabilidad.

La tuberculosis se trasmite, principalmente, por vía aérea a través de las micro-gotitas de saliva inhaladas, y afecta en un 80% a los pulmones. El riesgo para quienes están en contacto directo con animales enfermos, como los cabreros, es más alto en espacios cerrados y disminuye en espacios abiertos y si son especies con menor tamaño.