Asimismo, es vital comprobar el porcentaje de metal precioso, la presencia de los contrastes de origen y de garantía, así como preguntar por la política de cambios y devoluciones.
Entre los consejos que propone la OCU, en primer lugar, verificar que el establecimiento "está adherido al Sistema Arbitral de Consumo, ya que cualquier reclamación posterior será más rápida y sencilla".
Por otra parte, indican que, en el mostrador deben estar separadas las piezas de metales preciosos de las de baja aleación (los chapados y bañados). Y deben indicar el porcentaje del metal precioso: por ejemplo, para el oro, lo hay de 24 kilates (100% oro), de 18 kilates o primera ley (75% oro), de 14 kilates o segunda ley (58,5% oro), etc.
Advierten también que "los objetos recubiertos de metales preciosos, los chapados y bañados, además de indicar su denominación seguida de la del metal y su ley, deben señalar el espesor del recubrimiento en micras, haciendo constar si es chapado o electrolítico". Y añaden desde la OCU que no se pueden utilizar denominaciones que induzcan al error, como “oro alemán”, “plata inglesa” o “similar”, o utilizar marcas comerciales que puedan inducir a confusión con los contrastes oficiales.
Avisan de que "las piezas tienen que tener grabado el contraste de origen (identifica al fabricante o importador) y el contraste de garantía (asegura la calidad de la pieza). La tienda debe tener carteles informativos sobre el contraste de garantía, así como lupas para comprobarlo".
Finalmente aconsejan que el consumidor esté pendiente de que "el precio marcado debe ser el precio final, incluyendo impuestos". Recomiendan preguntar por la política de cambios y devoluciones, sobre todo si lo que se va a comprar es un regalo. Y, como siempre, consideran importante que "como en cualquier otra adquisición, es vital guardar el ticket de compra".