La Guardia Civil ha detenido, en el marco de la OPERACIÓN TEXTAR a ocho personas por un delito de robo con fuerza en interior de vehículo y otro de pertenencia a grupo criminal.
Los hechos dieron comienzo a principios de mes de mayo, tras cometerse un robo en el interior de un camión estacionado en un área de descanso de la autovía A5, en el término municipal de Casarrubios del Monte.
Las labores de investigación recayeron sobre los guardias civiles del Área de Investigación del Puesto de la Guardia Civil de Valmojado, los cuales, tras unas primeras pesquisas, advirtieron de la existencia de un grupo criminal especializado en delitos de este tipo que comenzaba a operar en la autovía A5.
Modus operandi
Para perpetrar los robos, los presuntos autores harían uso de un vehículo tipo camión, de 7500 kilogramos, en el que transportarían la carga desde el lugar de la sustracción hasta el barrio de la Cañada Real Galiana, donde le darían salida a la mercancía a través de receptadores.
Igualmente, el mencionado barrio era el lugar de domicilio de varios de los miembros del grupo.
Tras continuar con las investigaciones, se llegó a poder identificar a varios de los componentes de la organización, ya conocidos por los agentes.
Delincuentes habituales que suelen operar en los mismos lugares, y que habían sido detenidos anteriormente por los mismos investigadores en operaciones similares.
Poco tiempo después, y tras intensificar la labor operativa de los investigadores, se consiguió la identificación completa de todos los miembros del grupo delictivo.
Se pudo determinar que el grupo era muy extenso, y que habían hecho de la delincuencia su modus vivendi. Todos los miembros tenían antecedentes penales por hechos similares y habían sido detenidos en el pasado.
A margen del camión que utilizaban para el transporte de la mercancía robada, se detectaron igualmente varios turismos de los cuales había algunos que eran usados únicamente para la comisión de los delitos, tanto como medio para localizar posibles objetivos, como para “lanzadera”.
Para la comisión de los robos, jugaban con la baza de la experiencia adquirida en numerosos hechos similares, lo que les había llevado a perfeccionar sus habilidades gracias a los posibles errores cometidos en el pasado.
Entre cinco y ocho personas, tras asegurar la zona de actuación, se dirigirían al semirremolque elegido, el cual habían cortado la lona previamente y, la retiraban completamente o bien cortaban los dispositivos de seguridad de las puertas para llevar a cabo una extracción rápida de la carga para emprender rápidamente la huida.
En cuanto a la estructura del grupo, estaba perfectamente jerarquizada.
A la cabeza se situaban un trío de hermanos con sobrada experiencia y notable nivel profesional en este tipo de golpes. Llevaban una perfecta coordinación de los medios materiales y personales de los que disponían, y distribuían de manera muy concreta y disciplinada las tareas en el momento de los robos.