Prevenir el consumo de tabaco y ofrecer a los ciudadanos alternativas para afrontar la adicción y, en consecuencia, reducir el hábito tabáquico en la región y el riesgo que supone para la salud. Éste es el objetivo la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha, que se ha sumado a la ‘Semana sin humo’ que se celebra desde hoy, y hasta el 31 de mayo, en toda España a iniciativa de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc).
Así lo ha explicado el director general de Salud Pública, Juan Camacho, en el marco de la jornada ‘Salud pública frente al tabaco’, celebrada este miércoles en el Instituto de Ciencias de la Salud de Talavera de la Reina, donde ha señalado que en 2021 murieron en España en torno a 52.000 personas por causas relacionadas con el tabaquismo, de acuerdo con datos recogidos por (Semfyc).
De acuerdo con los últimos datos recogidos por la Encuesta sobre Alcohol y Otras Drogas en España (EDADES) correspondientes a 2019/2020, una de cada tres personas de 15 a 64 años fuma a diario en Castilla-La Mancha, una proporción equivalente a la del conjunto de España.
Por otro lado, los indicadores de venta de tabaco reflejan un descenso significativo de la venta de cajetillas en Castilla-La Mancha, pasando de 146,3 cajetillas por persona de entre 15 y 64 años en 2008 a 75 en 2021, pero ha aumentado el consumo de picadura, pasando de 0,024 kg por persona de entre 15 y 64 años en 2008 a 0,230 kg en 2021.
Desde la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad se está ultimando el futuro Plan Regional de Adicciones 2022-2025 de Castilla-La Mancha, uno de los ejes marcados por el Plan de Salud Horizonte 2025, y que ha de convertirse en un aliado para hacer frente al consumo de tabaco entre la población.
Este documento se marca como objetivos la reducción del consumo de tabaco, así como de otras drogas, tanto en población escolar como adulta; retrasar la edad de inicio en el consumo y mejorar los resultados de los tratamientos de las personas con adicciones, así como la calidad de vida de las personas consumidoras de tabaco y otras drogas.
En este sentido, especifica cinco líneas de acción: prevención en tres entornos concretos de intervención (ámbito escolar, ámbito sanitario y ámbito comunitario); atención a las personas con adicciones, difundiendo la vía clínica de intervención en tabaquismo en Atención Primaria, el mantenimiento de las unidades adictivas o la coordinación entre centros de salud e institutos para atender al alumno fumador; formación de profesores, personal sanitario y a través de la Escuela de Salud y Cuidados; investigación y sistemas de información y coordinación y participación con otras administraciones, con colegios profesionales y sociedades científicas y con otras entidades.