Así lo ha explicado el presidente regional, Emiliano García-Page, durante la rueda de prensa que ha ofrecido en Socuéllamos (Ciudad Real), donde este martes se celebra un Consejo de Gobierno itinerante.
García-Page se ha congratulado de los datos "muy esperanzadores" que hay en la región respecto a la pandemia, poniendo como ejemplo que "Castilla-La Mancha hoy es la comunidad autónoma que tiene una mayor reducción de la tasa de incidencia de los 14 a los 7 días".
"Es una comunidad que se está estabilizando en buena medida porque las restricciones que se han adaptado en la región, me atrevería a decir, han sido de las más ponderadas, de las más coherentes y de las más proporcionadas de las que se han tomado en el conjunto del país", ha presumido el presidente castellanomanchego.
"El esfuerzo se centra ahora en la vacunación", ha apuntado García-Page, quien ha destacado que España está dando "un ejemplo tremendo" en Europa y en el mundo de lo que "es ir a una". "Esta vacunación nos obliga ahora a, en vez de estar esperando a que venga la gente a vacunarse, ir a buscar a los que se deben vacunar".
Es por ello que ha anunciado que este miércoles se abre este programa de vacunación contra el COVID-19 en las grandes empresas de la región. "Estamos en la repesca", ha manifestado.
"Vamos a solicitar a los ciudadanos que todavía no se han querido vacunar que nos dejen ayudar", ha abundado el presidente regional, quien considera que una experiencia del 95 por ciento de la población "tendría que convencer al otro 5 por ciento".
LAS SECUELAS DEL COVID
De otro lado, el presidente autonómico ha advertido de que el COVID va a dejar secuelas y por ello en el sistema sanitario regional va a seguir habiendo unidades específicas para seguir atendiendo las consecuencias directas e indirectas que tiene el virus.
De hecho, ha informado de que el Consejo de Gobierno ha tomado la decisión de aprobar 50 contratos que van a ir vinculados al seguimiento posterior y durante un cierto periodo de tiempo del COVID.
También ha indicado que este año Castilla-La Mancha va a gastar sólo para el COVID en torno a 320 millones de euros, fundamentalmente en el ámbito sanitario, pero también en el ámbito educativo y en otros recursos adicionales que ha exigido la pandemia.