Ciudad Real |
El portavoz de los ecologistas en el Patronato del Parque, Rafael Gosálvez, considera que el nivel de encharcamiento es ridículo y recuerda que, si bien a finales de la temporada estival el humedal no tiene agua en abundancia, sí debería acumular 500 o 600 hectáreas como mínimo.
Las Tablas de Daimiel, dice Gosálvez, dependen ahora de las precipitaciones porque desde hace tiempo el antiguo Acuífero 23 aporta muy poca agua debido a su sobreexplotación por la agricultura intensiva.
En este sentido, ha dirigido directamente la responsabilidad del estado del parque a la “nefasta y negligente gestión” de la Consejería de Agricultura y también a la postura de la patronal agraria representada por la organización Asaja.
Rafael Gosálvez rechaza la posibilidad de realizar un trasvase de agua para mejorar la situación de Las Tablas de Daimiel.
Y en todo caso, los ecologistas verían con buenos ojos la utilización de los pozos de emergencia abiertos en 2.009, pero únicamente para evitar que el humedal se seque y aparezcan los incendios de las turbas.
Para Gosálvez, la mejor solución para recuperar el Parque Nacional es negociar un plan de retirada progresiva de los regadíos de la zona para no seguir sobreexplotando el acuífero del que se tendrían que abastecer las Tablas.