Y es que acudió a este certamen por primera vez cuando tenía 16 años y eso le marcó su futuro unido al mundo del teatro y a las gestiones culturales.
Asegura que Almagro es su tercera ciudad, tras Almería, su provincia natal, y Madrid, donde reside.
Lo primero que hará será conformar su equipo de trabajo. La idea es no tocar aquello que funciona bien en el festival aunque habrá que introducir alguna innovación en relación con la gestión cultural, la mediación y la difusión.
Para Irene Pardo, el Festival de Almagro es el evento de referencia mundial en cuanto al teatro clásico y del Siglo de Oro.
Está convencida del compromiso de la Compañía Nacional de Teatro Clásico con este festival. De echo su director, Lluis Homar, ya le ha llamado para felicitarla y para ponerse a su entera disposición para trabajar mano a mano.
Más que engrandecer el certamen almagreño, dice Pardo, lo que sí se puede hacer es transformarlo con el objetivo de que sirva de plataforma profesional en relación a la producción de artes escénicas vinculadas al teatro clásico y del Siglo de Oro.
Asegura que va a dar tiempo para preparar la programación de la edición del año que viene, ya que ahora hay un equipo que está trabajando y que habrá avanzado en la organización. En este sentido, espera que el festival de 2023 resulte de la suma del trabajo que está haciendo el equipo actual hasta el 31 de diciembre y el trabajo que hará el nuevo equipo que entrará a funcionar a partir del 1 de enero.
Irene Pardo estará al frente del Festival de Teatro Clásico de Almagro durante los próximos cinco años y sustituye en el cargo a Ignacio García.
Irene Pardo, natural de la localidad almeriense de El Alquián, es licenciada en Filología Hispánica y desde 2002 desarrolla su actividad profesional en la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de Titularidad Pública. Fue coordinadora de esta red desde 2003 y desde el año 2022 era la directora gerente.