A las 10 de la mañana llegaba el coche fúnebre con el féretro, que era introducido en la Catedral por su puerta principal y donde el obispo, Gerardo Melgar, ha rezado una oración. A continuación, la capilla ardiente se ha instalado en una capilla lateral de la Catedral.
El cuerpo de Rafael Torija está cubierto con la vestimenta propia de un obispo y alrededor del féretro se han colocado cuatro cirios.
La capilla ardiente estará abierta hasta las 22:00 horas, y una hora antes se rezará una oración de vísperas.
El portavoz del Obispado de Ciudad Real, Miguel Ángel Jiménez, ha destacado la figura de Rafael Torija, que durante 26 años fue obispo de Ciudad Real.
Ha subrayado su labor apostólica y que era una persona entrañable, cariñosa, cercana y profundamente creyente.
La alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, se ha acercado a la capilla ardiente y reconocía que es un día de luto porque la muerte de Monseñor Torija es una pérdida importante para Ciudad Real.
Junto con Zamora también ha acudido a la Catedral la subdelegada del Gobierno, María Ángeles Herreros, quien recordaba que fue confirmada por Rafael Torija cuando era obispo y que era una persona muy querido, muy reconocida y activa.
También se ha acercado a la capilla ardiente la vicepresidenta del Congreso de los Diputados, Rosa Romero.
El lunes se celebrará la misa exequial en la Catedral de Ciudad Real. Comenzará a las 11:00 horas.
A la misa funeral está previsto que acudan autoridades eclesiásticas y también civiles en representación de todas las administraciones.
Los restos mortales de Rafael Torija serán enterrados en la misma Catedral, concretamente en el pasillo central.