Tras la evaluación llevada a cabo por los responsables tanto de Mantenimiento como de Urbanismo, Alberto Lillo aseguraba que “el edificio no tiene ningún tipo de daño estructural. El edificio es seguro en su estructura, pero si presenta daños en algunos elementos ornamentales de la fachada. Concretamente en las jardineras, que presentan una degradación importante no de ahora, sino desde hace años”.
Lillo reconocía que “hay informes de hace más de 10 años en los que ya se ponía sobre la mesa la necesidad de tomar una dedición sobre el mantenimiento de la fachada del Consistorio, provocado por los agentes atmosféricos: la lluvia, el viento, el frio, etc. que han hecho que las varillas de sujeción de las jardineras se oxiden, provocando la rotura de algunos elementos de estas jardineras”.
Por eso, desde el Ayuntamiento se está pensando en la retirada de estas jardineras de la fachada, “ya que no son de la estructura de la fachada, sino elementos ornamentales, buscando como prioridad la seguridad de los vecinos y vecinas que pasan por la Plaza Mayor, que es lo más nos preocupa como Equipo de Gobierno, dando seguridad a todo el mundo.”
Para eso se adoptarán las soluciones técnicas que haya que tomar para evitar posibles caídas de fragmentos que puedan dañar a alguna persona que transite por la Plaza Mayor.