Dos años después de la última romería en la capital, se ha recuperado una tradición arraigada al Asilo que lleva su nombre y que se celebra cada 17 de enero. Han sido muchos los que han llevado a sus mascotas, en su mayoría, perros, para que sus animales fueran bendecidos. Así lo manifestaban en los micrófonos de Onda Cero.
La bendición la ha ofrecido, como es habitual, el Obispo, Ángel Fernández, quien apuntaba a la necesidad de "mantener vivas las tradiciones". La habitual bendición ha cambiado su modus operandi. En lugar de hacerlo mascota a mascota, ha sido algo más simbólica, con el obispo lanzando el agua bendita desde las escaleras de entrada al asilo para que se respetara la distancia de seguridad.