Una encuesta de satisfacción con la limpieza viaria a 6.863 vecinos de 69 ciudades españolas realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) destaca los buenos resultados de Albacete, que sube hasta el quinto puesto, trece posiciones más en el ranking respecto a la misma encuesta de hace cuatro años. Pero no todo son buenas noticias para las capitales de Castilla-La Mancha: Cuenca suspende un año más y Toledo baja su valoración.
Entre la docena de aspectos relacionados con la limpieza urbana que han evaluado los encuestados, las peores calificaciones se centran una vez más en la excesiva presencia de excrementos caninos en las aceras, en la suciedad alrededor de los contenedores, en la existencia de grafitis y en la falta de limpieza general en las zonas del extrarradio. Unos problemas que prácticamente replican los de la encuesta de hace cuatro años, lo que confirma la falta de avances en buena parte de las poblaciones.
En general, las grandes capitales mediterráneas y del sur con gran afluencia turística concentran las valoraciones más bajas. Entre las peores destacan Palma, Alicante y Sevilla, seguidas de San Sebastián de los Reyes, Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona y Madrid. Tres de ellas en concreto irrumpen con fuerza en este ranking negativo: Barcelona, que cae 11 puntos sobre 100 desde la anterior encuesta de 2019; Sevilla, que baja 10 puntos; y Las Palmas de Gran Canaria, que pierde a su vez 7 puntos. Respecto a las capitales de Castilla-La Mancha, Cuenca, a pesar de ganar 11 puntos, sigue entre las localidades más sucias; Toledo, por su parte, baja 8 puntos y aprueba por los pelos.
Entre las poblaciones con mejores calificaciones en limpieza sobresalen Oviedo, Bilbao y Vigo, por este orden. Les siguen Pamplona y Albacete, esta última tras una subida de 11 puntos sobre 100 frente a la anterior encuesta. Pero la subida más espectacular en el ranking nacional es la de Guadalajara, que aumenta 25 puntos y asciende a la 14ª posición. Ciudad Real por su parte también mejora 9 puntos, pero la valoración que obtiene sigue siendo mediocre.
Podría pensarse que una mayor inversión en limpieza mejora necesariamente las valoraciones, pero no sucede así. Pamplona y Albacete, dos de las ciudades más limpias según sus vecinos, gastan 46 euros al año por residente en esta partida, frente a los 114 euros de Barcelona, por ejemplo. Lo que sí influye de forma positiva es el número de días de lluvia. Pero sobre todo la asiduidad de las tareas de limpieza: a mayor frecuencia de barrido y de baldeo declarada, mejor calificación. Así, los ayuntamientos sacarían mejores notas a fuerza de más agua y más escoba sin necesidad de maquinarias caras, sobre todo en zonas de la periferia, donde parece que se usan poco.
Por todo ello, OCU pide a los consistorios el aumento de la frecuencia de barrido y baldeo de las calles, así como un mayor control de los excrementos caninos. De hecho, el número de multas por no recoger los excrementos del perro es anecdótico; y en la mayoría de las ciudades se considera una falta leve. Del mismo modo, es vital que los ayuntamientos presten atención a las quejas de sus ciudadanos: Cuenca y Toledo destacan negativamente en este aspecto.