En sus mejores momentos hubiese podido competir de tú a tú con Ilia Topuria y haber ganado mucho dinero, pero eran otros tiempos. Abraham el Demonio Roqueñi llegó a lo más alto en varias disciplinas de contacto y peleó por medio planeta hasta ser ocho veces campeón del mundo. Llenó el pabellón Vicente Trueba de Torrelavega y recibió el cariño de sus paisanos. Charlamos con el excampeón cántabro de su trayectoria: "Ahora todo está globalizado y es más fácil llegar si tienes buenas condiciones y constancia. Los deportes de contacto han ganado buena fama, antes estaban mal vistos, que si era algo violento o se consideraban deportes de tercera. Todo eso ha cambiado". Roqueñi fue un pionero en España y todo compaginándolo con su trabajo de policía local.