El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Maó, Pito Quintana, advierte que el sector no podrá abastecer de pescado fresco a los restaurantes de Menorca a mediados de verano a causa de la normativa de la Unión Europea (UE) que reduce en un 40% anual los días de faena en barcas de arrastre: "nos dan un número de días por embarcación para salir a faenar y esta reducción hace inviable el abastecimiento del pescado fresco. La media era de 210 días por año, pero si nos dan 140 días, la mayoría de barcas de la flota de Menorca estarán paradas a finales de julio o principios de agosto".
Quintana atribuye esta normativa a la presión ejercida por "lobbies ecologistas" y señala al subdirector general de Caladero Nacional y Aguas de la Unión Europea, Héctor Villa, por no defender los intereses del sector: "mientras manteníamos una conexión por videoconferencia hablaba por teléfono y no atendió nuestras peticiones. Tenemos la sensación que no importamos y que nuestra labor es ninguneada por gente que no dispone de los conocimientos necesarios para decidir el futuro de la actividad pesquera".
La medida pretende regular las capturas con la intención de proteger especies como la gamba roja, la gamba blanca, la merluza, la pescadilla o el salmonete, entre otras especies. Quintana avisa que de continuar por esta vía "acabaremos comprando el pescado a Senegal, además de arruinar a mucha gente que se quedará sin empleo".
Por su parte, el presidente de la asociación de Hostelería y Restauración de Menorca de la CAEB, José Bosch, hace un llamamiento al Consell y Govern Balear: "las administraciones deben mojarse. Es un tema que nos preocupa mucho porque el pescado fresco es un reclamo para los turistas y no podemos fomentar los productos de kilómetro cero e imposibilitar la pesca de un auténtico manjar que nos hace más competitivos".